En 1994, el científico mexicano Miguel Alcubierre propuso la primera solución matemáticamente válida para el ‘warp drive’ o impulso de curvatura. Describió un sistema de propulsión de naves espaciales que solo se había imaginado en la ciencia ficción y que podría atravesar el cosmos por encima de la velocidad de la luz, sin violar las leyes de la física aceptadas.
Esa solución fue alabada por sus elegantes matemáticas, pero simultáneamente ridiculizada por su uso de materiales teóricos y enormes cantidades de energía que parecían virtualmente imposibles de diseñar de manera práctica, según explica la revista especializada The Debrief.
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Más de una década después, esta teoría experimentó un cambio importante, cuando el physician Harold G. White, un especialista en este tipo de impulsores empleado por la Nasa, reelaboró la métrica unique de Alcubierre y la puso en forma canónica. Este cambio en el diseño redujo drásticamente los materiales exóticos y los exhorbitantes requisitos de energía del concepto unique, aparentemente brindando a los investigadores y fanáticos de la ciencia ficción al menos un rayo de esperanza de que un warp drive del mundo actual pueda algún día convertirse en realidad.
White está trabajando en la actualidad en un proyecto de la agencia Dart de Estados Unidos sobre el efecto Casimir, una fuerza contenida en el vacío que, sin embargo, es medible experimentalmente.
Observando modelos del efecto Casimir, White descubrió por casualidad similitudes con la geometría de la burbuja de Alcubierre y propuso, en un artículo del pasado mes de julio, un experimento potencialmente revolucionario que podría crear un prototipo para un impulso warp drive actual.
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“Esta es una estructura potencial que podemos proponer a la comunidad, que se podría construir, y que generaría una distribución de densidad de energía de vacío negativa que es muy similar a lo que se requiere para una deformación espacial de Alcubierre”, explicó White a The Debrief.
El experto propone construir una cavidad de Casimir, comparable a la burbuja de Alcubierre, con un diámetro de un micrómetro (milésima parte de un milímetro), para probar experimentalmente la viabilidad a pequeña escala de una warp drive en laboratorio.
Sin embargo, a pesar de haber lanzado esta propuesta a la comunidad científica, el physician White y su equipo no tienen planes de llevar a cabo ellos mismos este experimento, debido a que actualmente centran su investigación en las cavidades de Casimir.
El experto es claro en advertir que su propuesta no significa que estemos cerca de construir una warp drive en pleno funcionamiento, ya que se necesita hacer mucha más ciencia para llegar alguna vez a ese punto
“Para ser claros, nuestro hallazgo no es un análogo de la burbuja de deformación, es una burbuja de deformación real, aunque humilde y pequeña”, dijo White a The Debrief, de ahí el importante significado de su propuesta.
REDACCIÓN CIENCIA
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” Fuentes www.eltiempo.com ”