Lo vivido en el Aeropuerto Internacional Antonio Maceo, de la ciudad de Santiago de Cuba, “fue indescriptible”, dijo Estela Batista, víctima de la inesperada cancelación del vuelo a Nicaragua fijado para el 25 de diciembre último.
Como ella, otros 189 pasajeros que se encontraban en las terminales aéreas de Santiago de Cuba y La Habana, y disponían del boleto para abordar el avión que cubre la ruta entre la capital cubana, Santo Domingo y Managua, se quedaron varados por la descoordinación entre las agencias de viaje y la aerolínea Air Century, con sede República Dominicana.
“A nadie le interesó que entre los afectados estuvieran mujeres y niños. Tampoco la irritación por el mal servicio. Las líneas aéreas priorizan sus ingresos a costa de maltratar”, añadió la mujer, que asegura haber pagado 3.300 dólares por un boleto a Nicaragua y se queja de haber pasado hambre y sed en las horas de espera.
Sentada junto a su esposo en el céntrico Parque Céspedes, aledaño a los hoteles Imperial y Casa Granda, donde fueron hospedados los pasajeros, explicó que, aunque los funcionarios les aseguraron que no perderán el dinero, nadie esclarece cuándo podrán viajar, ni si los indemnizarán por los perjuicios.
“Nosotros lo vendimos todo en Holguín e hicimos hasta lo indecible para asegurar el viaje; sin embargo, ahora estamos a punto de perder, además del costo de los pasajes, el pago inicial para cubrir travesía por Centroamérica, que al llegar a la frontera entre México y Estados Unidos ascenderá a 36.000 dólares“, dijo otro matrimonio listo para viajar con su niña de ocho años.
Maruchi, la abuela de dos jóvenes que también quieren hacer la travesía, se trasladó desde Bayamo hasta Santiago para intentar convencer a sus nietos de que desistan del viaje, “por los peligros” y el temor de que un cubano americano radicado en Miami, encargado de organizar el traslado, “termine por estafarlos”.
A su juicio, las autoridades cubanas también son responsables de timar a los pasajeros. “Primero dijeron que se cancelaba el vuelo porque el avión tenía desperfectos técnicos; luego argumentaron que el piloto estaba cansado”.
Otros entrevistados por DIARIO DE CUBA afirmaron que no saben a quién quejarse. Pasadas 72 horas, siguen sin esperanzas de llegar a Managua, convertida a raíz del libre visado decretado por el régimen de Daniel Ortega en la nueva válvula de escape que propicia el éxodo de los cubanos.
A las tensiones se añade la desinformación que agobia a los pasajeros, quienes no saben cuándo abordarán el avión, ni hasta cuándo permanecerán en los hoteles, donde fueron hospedados más por presión del Gobierno que por cortesía y deber de la aerolínea dominicana.
Crónica de la odisea
El 25 de diciembre,189 pasajeros debían abordar el vuelo a Nicaragua operado por Air Century. De ellos 136 lo harían en Santiago de Cuba y el resto en La Habana.
A la terminal aérea de la segunda ciudad en importancia de la Isla los viajeros comenzaron a llegar desde cinco provincias cercanas sobre las 8:00 de la mañana. Como su salida estaba fijada para las 3:40pm, las autoridades locales corrieron los trámites pertinentes y chequearon el vuelo.
Transcurridas más de 20 horas después de la hora de salida, se caldearon los ánimos y explotó una protesta contra los oficiales de Inmigración y Aduana. Las autoridades respondieron enviando al aeropuerto a las tropas especiales.
Según una nota del reportero oficial Anolvis Cuscó Tarradel, “en la terminal santiaguera se quedaron a la espera 72 hombres y 49 mujeres con ocho niños, entre ellos un menor de un año de edad. Los adultos se negaron a salir del salón tras haber realizado el chequeo establecido, sin antes devolverles el dinero invertido por el ticket del avión”.
Cuscó Tarradel dijo que, del complete de clientes varados, 53 iban solo hasta República Dominicana. Estos sí llegaron hasta Santo Domingo en una aeronave rentada por Air Century, que partió pasadas la 1:30 de la madrugada del 26 de diciembre.
El resto no abordó el avión porque “el piloto estaba extenuado y había sobrecumplido las horas de vuelo programadas”. El propio Cuscó Tarradell calificó la noche de “larga e irritada”.
Al amanecer, la aerolínea ofreció una merienda en un intento por aplacar la ira de los viajeros, quienes no habían ingerido alimentos debido al desabastecimiento en los aeropuertos de Cuba.
Sobre las 9:00am del domingo, el Gobierno indicó a la delegada provincial de Turismo y al director del aeropuerto reunirse con los pasajeros. Los funcionarios reconocieron que no habría más salidas con destino a Managua hasta el 29 de diciembre, con la agravante de que el vuelo de ese día ya está vendido y es poco possible que oferte capacidades para solucionar el conflicto.
En medio del enfado, los viajeros fueron trasladados hacia los hoteles, donde aún permanecen en una especie de limbo del que nadie se hace responsable.
A raíz de decretar a Nicaragua como destino libre de visado, comenzó un nuevo éxodo de cubanos que mayoritariamente no viajan a ese país en busca de mercancías ni como turistas, sino para iniciar el camino por tierra hacia Estados Unidos.
” Fuentes diariodecuba.com ”