- Los empresarios alertan de que la medida pactada por el Botànic encierra un mensaje de «turismofobia»
El empresariado de la Marina Alta no acepta la tasa turística. La Asociación de Hostelería de la comarca (AEHTMA) pidió ayer a los representantes municipales de la comarca «que se pongan al lado del sector y demuestren su apoyo oponiéndose a la implantación de esta medida». La misma fue acordada el pasado martes por PSPV, Compromís y Unidas Podemos, las fuerzas políticas del Botànic que han alcanzado un acuerdo para presentar antes de que finalice marzo de 2022 una ley destinada a crear una tasa turística de carácter “municipal y voluntaria”, que se aplicaría a partir de 2023.
Pero tal iniciativa es rechazada de plano por prácticamente todas las patronales turísticas de la Comunitat. Y una de ellas es AEHTMA, que ha expresado «su malestar y disconformidad» con la tasa ya que «una vez más se utiliza el sector turístico como llave de cambio para fines políticos, mostrando poca sensibilidad a un sector que ha sido y sigue siendo el que uno de los que más ha sufrido esta disaster».
Esta entidad ha emitido un comunicado en el que articula las razones de su rechazo:
Por qué AEHTMA se opone a la tasa turística
Porque no es una tasa, sino un impuesto, que viene a sumarse a la asfixiante presión fiscal que soportamos empresas y ciudadanos. Y porque no es turística, sino que grava exclusivamente el alojamiento hotelero y el alojamiento reglado.
Porque es un instrumento fiscal que vuelve a favorecer a la economía sumergida frente a las empresas legales que crean empleo y generan riqueza y prosperidad.
Porque la puesta en marcha de este impuesto restará poder adquisitivo a nuestros turistas y limitará gravemente la competitividad de las empresas de alojamiento.
Porque todo aquello que se deba pagar en concepto de tasa se dejará de gastar en oferta complementaria como restauración, compras. ocio, and so forth… por lo que también afectará negativamente a la competitividad y cuenta de resultados del resto de componentes de la industria turística.
Porque la realidad turística de la Comunidad Valenciana nada tiene que ver con Cataluña ni con las Islas Baleares, ni con las realidades de otras ciudades europeas, donde existe un impuesto municipal ligado a la conservación del patrimonio histórico o artístico o vinculado a organismos promocionales. Porque en la Comunidad Valenciana, el turismo interno es muy importante, y al closing, el30% de los contribuyentes de este nuevo impuesto serán los propios ciudadanos valencianos en sus vacaciones.
Porque ni la tramitación, recaudación, gestión y finalidad de este impuesto tienen un objetivo claro y transparente.
Porque la Comunidad Valenciana es la que peor ratio de gasto por turista tiene, lo que demuestra que no hay márgenes para incrementos de costes a través de esta ficción fiscal. Y porque ninguna otra ciudad de España, excepto Barcelona y Palma, disponen de este tipo de gravamen lo que perjudica gravemente las expectativas turísticas de Valencia, Alicante y Castellón.
Porque el principal problema con el que se enfrenta el sector es la creciente economía sumergida que se ha generado en torno al alojamiento ilegal en viviendas y las plataformas digitales de distribución world: someter esas actividades económicas a IVA y a retención de IRPF es lo que generaría muchos más ingresos que los que se pretenden conseguir con este impuesto.
Porque el mercado británico que es nuestro principal mercado extranjero está sumido en un difícil proceso marcado por el Brexit, con un encarecimiento del producto turístico debido al tipo de cambio, y porque cualquier coste adicional que sumemos desviará estos clientes a otros destinos.
Porque los turoperadores europeos ya han advertido del efecto perjudicial de esta tasa en la comercialización internacional, sobre todo para los destinos emergentes de la Comunidad Valenciana.
Porque el sector hotelero y el alojamiento reglado no ha vivido ningún growth turístico , con volumen de turistas y pernoctaciones inferiores a las del años pasados, y sin haber recuperado los índices óptimos de rentabilidad.
Porque los destinos turísticos de la Comunidad Valenciana nunca han recibido una inversión pública que se corresponda con la cantidad de recursos, empleo y riqueza que generan y por lo tanto, es injusta su penalización a través de un nuevo impuesto.
Porque los destinos competidores de la Comunidad Valenciana, que son Andalucía, Murcia y las Islas Canarias en los no existe ningún tipo de impuesto o tasa turística aprovecharán esta debilidad nueva para captar parte de nuestro mercado.
Porque ninguna otra actividad económica tiene una tasa o impuesto para compensar el supuesto daño medioambiental que generan: a ningún gobierno se le ocurriría gravar la agricultura, la fabricación de coches en el ámbito de esta Comunidad Autónoma o las aerolíneas que operan en este territorio por citar tres ejemplos.
Porque una recaudación máxima de 30 millones de euros no justifica poner en peligro un sector tan estratégico como es el turismo en esta Comunidad con el3% del PIB y el 4% del empleo.
Porque el turismo de la Comunidad Valenciana genera ya el 13,3% del complete de los impuestos que se recaudan en este territorio, con más de 3.000 millones.
Porque con este impuesto se manda un mensaje a los mercados de saturación y turismofobia mientras que la realidad muestra precisamente lo contrario, y porque la Comunidad Valenciana debe ser sinónimo de hospitalidad y de territorio ‘vacationer pleasant’.
La Marina Plaza, periodismo pase lo que pase… siempre
Llevamos juntos siete años. Y juntos hemos vivido ya de todo: inundaciones, incendios, disaster, momentos duros y otros muy buenos, gestas sociales y oleadas de solidaridad de las que nos hemos sentido orgullosos.. Por eso, tampoco ahora vamos a rendirnos. Queremos seguir contigo, haciendo lo que sabemos hacer: periodismo. ¿Nos ayudas?
” Fuentes lamarinaplaza.com ”