Portugal ha anunciado que todos los viajeros que lleguen al país tendrán que presentar una prueba negativa de coronavirus, incluso si están completamente vacunados. Lo que implica que ya no basta el pase sanitario aprobado por la Unión Europea.
La medida responde al incremento en el número de contagios a nivel europeo y a la llegada de la nueva variante Ómicron. Y ello a pesar de que Portugal es uno de los países con una tasa más alta de vacunación.
El primer ministro António Costa ha decretado que el país se encuentra en “estado de calamidad”, un paso previo al estado de emergencia, y ha impuesto nuevas restricciones para tratar de detener el virus.
Las nuevas medidas incluyen el teletrabajo obligatorio y el requisito de presentar una prueba COVID-19 negativa – PCR o antígeno rápido – realizada en las 48 horas previas al ingreso en el país.
Entrarán en vigor el 1 de diciembre a medianoche y se aplicarán a todos los viajeros, incluidos los ciudadanos portugueses y los de la UE. Y permanecerán vigentes hasta al menos el 9 de enero.
La decisión ha cogido a Bruselas con la guardia baja. El pase sanitario digital, lanzado a principios de este verano, fue diseñado para facilitar el cruce de fronteras y eximir a los titulares de restricciones adicionales, como tener que respetar una cuarentena a la llegada.
La dispensa es la principal ventaja del certificado y la razón por la que se lanzó en un tiempo récord al inicio del verano.
Al mismo tiempo, el reglamento proporciona a los países de la UE un freno de emergencia que se puede utilizar cuando la situación epidemiológica en otro Estado miembro empeora rápidamente.
El freno permite que un gobierno introduzca requisitos adicionales siempre y cuando las medidas sean excepcionales, proporcionales y temporales.
Portugal ha invocado toda la fuerza de la ley de la UE para aplicar el freno de emergencia.
Pero un uso tan repentino y radical del mecanismo no figuraba entre los planes iniciales de la Unión Europea y podría ser de mal augurio para su viabilidad a largo plazo.
“En principio, los Estados miembros deberían abstenerse de imponer restricciones de viaje adicionales a los titulares del certificado COVID digital, en particular a los titulares con certificados de vacunación y recuperación”, ha explicado un portavoz de la Comisión Europea. “Deberían informar a la Comisión y a los otros Estados miembros con 48 horas de anticipación en caso de que pretendan introducir nuevas restricciones”.
El portavoz ha confirmado a Euronews que Portugal informó al ejecutivo sobre sus planes el lunes por la mañana y que toda´through están analizando la solicitud para determinar su legalidad.
¿Seguirán otros países de la UE?
El gobierno socialista de Costa fue uno de los defensores más elocuentes del certificado, considerado indispensable para impulsar la economía de los países dependientes del turismo después de una dramática recesión en 2020.
La Comisión cube que el plan ha sido un éxito: este año se han emitido más de 650 millones de certificados y un whole de 51 países, entre los que se cuentan Reino Unido, Noruega y Singapur, se han unido al sistema.
La decisión de Portugal es particularmente sorprendente ya que es uno de los países más vacunados del mundo, con más del 88% de su población completamente inoculada contra la COVID-19.
Por el momento, ningún otro país de la UE ha seguido los pasos de Portugal.
” Fuentes es.euronews.com ”