Peter Kern vio el derrumbe de las Torres Gemelas desde la ventana de su oficina en Nueva York. “Vi el desplome del primer edificio, vi cómo el avión chocaba con el segundo edificio, y entonces vi de nuevo como los dos cayeron. Es una imagen que nunca se olvida”.
En el periodo inmediatamente posterior del 11-S (11 de septiembre), amigos y colegas de Kern, quien entonces trabajaba en la consultora Alpine Capital, se mudaron de Nueva York y advirtieron que nunca más iban a volver a viajar.
“Todo el mundo estaba como, ‘Dios mío, es el fin del mundo, nadie se va a volver a subir a un avión ni regresará jamás a Nueva York’. Y luego, dos años más tarde, se produjo el mayor auge inmobiliario en la ciudad que duró los siguientes 20 años. Todos se volvieron a subir a los aviones”.
Se describe al covid-19 como la mayor disaster de la historia para la industria de viajes, al igual que el 11-S. Pero Kern, ahora director ejecutivo de Expedia, una de las compañías de reservaciones de viajes más grande del mundo, aplica a la pandemia la misma lógica de la recuperación de los viajes después de los ataques terroristas: “Me inclino a pensar que las cosas serán igual”.
En los últimos 18 meses, la industria de viajes ha estado prácticamente cerrada durante los confinamientos, abriéndose solo brevemente antes de que el aumento en las tasas de infección obligara a las autoridades a cerrar de nuevo las fronteras.
Fronteras abiertas
Las empresas han tenido que endeudarse o acudir a los gobiernos en busca de ayuda. Tui, el operador turístico de Europa, recibió 4 mil 300 millones de euros en préstamos del banco estatal alemán KfW desde el inicio de la pandemia, mientras que las aerolíneas estadunidenses han recibido más de 60 mil millones de dólares (mdd) en ayudas del gobierno.
Incluso las compañías de viajes más fuertes han tenido que recaudar efectivo, despedir private y reducir sus operaciones. Expedia redujo su plantilla mundial en 3 mil personas, hasta llegar a unas 19 mil. British Airways redujo su plantilla en casi un tercio. Hilton recortó 2 mil 100 empleos y emitió 4 mil 400 mdd en bonos.
La disaster se deja sentir de forma desigual en todo el mundo. Los vibrantes mercados de viajes de Estados Unidos (EU) y China regresan periódicamente a niveles casi normales, pero no es así en otros lugares. Las estrictas normas fronterizas inhibieron los viajes para entrar o salir del Reino Unido, mientras que en gran parte de la región Asia-Pacífico casi no ha recibido turismo internacional durante 18 meses.
Sin embargo, la difusión de las vacunas significa que la mayoría de los países están relajando las restricciones, y las empresas pueden empezar a recuperar la rentabilidad. Incluso Australia, uno de los primeros países en introducir la cuarentena obligatoria en los hoteles para los turistas que llegan, comenzó a recibir a los viajeros internacionales vacunados sin exigir un periodo de aislamiento.
“La recuperación realmente ha tomado forma en los últimos meses, ya que la gente empieza a sentirse cómoda y puede hacer más cosas en los destinos”, afirma Dan Wasiolek, analista de Morningstar.
Para una industria que ha perdido más de 6 billones de dólares en la pandemia, según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés), la siguiente etapa crítica en esa recuperación llegó el lunes pasado con la reapertura complete de las rutas de vuelos transatlánticos para los turistas de 33 países, incluidos los del Reino Unido y la mayoría de las naciones de la Unión Europea.
Hasta ahora, solo un número selecto de viajeros de negocios autorizados y residentes en EU han podido atravesar el Atlántico durante la pandemia, y la reanudación anuncia el regreso de las rutas aéreas más lucrativas del mundo, con un valor de 9 mil mdd anuales en ingresos para las aerolíneas estadunidenses y británicas, previo a la pandemia.
Pero más allá de la algarabía del sector de viajes sobre la demanda acumulada y las reservaciones futuras, las cuestiones fundamentales sobre la velocidad y la forma de su recuperación están resultando difíciles de cambiar.
El futuro próximo del sector parece frágil en medio de la volatilidad de las normas fronterizas y el aumento de los casos de covid, la grave escasez de private, el aumento de los costos y la creciente preocupación por su impacto ambiental. La tecnología puede ayudar a compensar algunas de estas áreas, dicen los expertos, pero muchos predicen que los ingresos no volverán a los niveles anteriores a la pandemia hasta mediados de la década.
Entre los ejecutivos del sector, los analistas y los inversores hay una pregunta más urgente: ¿cuánto cambiarán los viajes?
“En nuestra opinión, el mundo es totalmente diferente por la pandemia”, cube Brian Chesky, director ejecutivo de Airbnb. Lo describe como “uno de los mayores cambios en la vida cotidiana desde la Segunda Guerra Mundial… Para mí es una revolución, no creo que los viajes vuelvan a ser lo que eran porque el mundo no volverá a ser el mismo”.
Vuela conmigo
En las horas posteriores al anuncio de la Casa Blanca de que EU reabriría sus fronteras, las reservaciones de vuelos entre EU y Reino Unido se dispararon 140 por ciento en comparación con la semana anterior, según Travelport. Sin embargo, el complete de reservaciones de vuelos con destino a EU para diciembre todavía son apenas de 18 por ciento superiores a los de diciembre de 2020 y son 71 por ciento inferiores a los de diciembre de 2019.
Los pasajeros que entren en EU todavía tendrán que demostrar que están totalmente vacunados y que dieron negativo en la prueba de covid-19, lo que subraya cómo los viajes todavía se encuentran lejos de la normalidad, incluso cuando la industria comienza a recuperarse. Los ejecutivos temen que este tipo de normas de pruebas supriman la recuperación, y presionan para que las personas vacunadas puedan viajar sin ningún tipo de revisión o pruebas.
John Holland-Kaye, director ejecutivo del aeropuerto de Heathrow de Londres, espera una recuperación “razonablemente estable”, pero advierte que los viajeros deben “acostumbrarse a volar de nuevo” y que las costosas normas de pruebas van a frenar a los clientes.
Según el monitor de seguimiento de recuperación de la Organización Mundial del Turismo (OMT) de la ONU, las reservaciones aéreas entre enero y octubre de 2021 languidecieron 86 por ciento menos que en el mismo periodo de 2019, mientras que en julio las llegadas internacionales fueron apenas de un tercio que las del mismo periodo de 2019.
Casi la mitad de los ejecutivos de viajes que OMT encuestó pensaba que la industria no se recuperaría a los niveles prepandemia hasta 2024, por lo menos.
Los viajes siempre han sido una industria volátil expuesta a las conmociones externas, incluidos los ciclos económicos, las alzas del precio del petróleo y la inestabilidad geopolítica. Pero también ha demostrado ser muy resistente: las aerolíneas han quebrado, se han fusionado y han luchado por la rentabilidad a lo largo de décadas, y sin embargo el número de personas que viajan creció exponencialmente.
En los años posteriores a los atentados del 11-S, las sucesivas amenazas terroristas y el aumento de la seguridad en los aeropuertos provocaron una mayor ansiedad entre los viajeros y una notable caída del tráfico aéreo.
Sin embargo, a mediados de la década de 2000 el sector volvió a gozar de buena salud. Tras la disaster financiera de 2008, volvió a sufrir una importante caída, pero antes de la pandemia transportó a mil 500 millones de pasajeros, más que en ningún otro momento de la historia, según la OMT. Las cifras se fortalecieron por el crecimiento de las clases medias.
“El problema es que cuando nuestro sector sufre una conmoción, suele sufrir mucho más que otras industrias. Pero somos ágiles y las cosas se están recuperando”, afirma Julia Simpson, presidenta del WTTC, y agrega: “estamos viendo la luz al final del túnel y las cosas empiezan a repuntar porque, en definitiva, la gente tiene muchas ganas de viajar”.
Viajes de negocios diferentes
Airbnb despidió a mil 900 de sus 7 mil 500 empleados en mayo de 2020 antes de completar una exitosa salida a bolsa en diciembre, que le dio una valoración a la empresa de 86 mil mdd. En el mundo posterior a la pandemia, Airbnb parte del supuesto de que las videoconferencias y el trabajo desde casa llegaron para quedarse y de que los viajeros cambian su enfoque de los viajes, convirtiendo las excursiones de negocios en vacaciones y eligiendo trabajar desde lugares más exóticos.
Otros hoteleros, como el director de Marriott, Tony Capuano, creen que esto llevará a la gente a realizar viajes más largos en los que se combinen el esparcimiento y el trabajo, y que las reuniones de negocios se realizarán en línea.
Esto depende de que el trabajo a distancia dé lugar a una nueva forma de viaje de negocios en la que los empresarios organicen reuniones fuera de sus instalaciones en hoteles para reunir a sus empleados.
Chesky cube que Airbnb pasará de ser un negocio de alquileres de corto plazo a una compañía de “viajes y vida”, que aloja a personas durante meses. La empresa está actualizando su página net y su aplicación para fomentar las estancias más largas y que se inscriban más anfitriones.
Algunas empresas, como P&G, Ford y PwC, declararon que harán del trabajo a distancia una opción permanente para el private, mientras que otras, como Lloyds Banking Group y S&P World, anunciaron planes para reducir las emisiones de carbono al hacer menos viajes de negocios, con el fin de cumplir los objetivos climáticos.
La creencia de que vamos a ser testigos de un descenso permanente de los viajes de negocios no es compartida por todo el sector turístico. Kern afirma que, aunque los ejecutivos no “tomen el ‘red eye’ (vuelo nocturno para llegar temprano al otro día) para la reunión de un día”, cree que “en gran medida se va a recuperar”.
Chris Nassetta, CEO de Hilton, que informó de la recuperación de los viajes de negocios de corto tiempo hasta 75 por ciento de los niveles anteriores a la pandemia en septiembre, afirma que “está muy bien no viajar… hasta que Goldman Sachs pierde tres acuerdos de OPI con Morgan Stanley porque sus banqueros estaban en Zoom y Morgan Stanley estaba en el terreno”.
Holland-Kaye, de Heathrow, menciona que le “sorprende lo fuerte que regresó el mercado de negocios”, mientras que British Airways registra un aumento de la demanda de viajes corporativos desde que EU dijo que reabriría sus fronteras.
El impacto ambiental
A largo plazo, el daño ambiental de la industria de viajes será un obstáculo mayor que los estragos de la pandemia, dicen muchos. En el futuro, el clima influirá en las decisiones de los viajeros tanto como el costo, la ubicación y el servicio.
Expedia y su rival Booking.com trabajan en formas de mostrar a los clientes el impacto ambiental de su reservación, del mismo modo que los sitios net muestran la clasificación por estrellas de los hoteles, mientras que la herramienta de búsqueda de vuelos de Google ya muestra las emisiones de carbono de los viajes junto al precio.
Durante la COP26, las aerolíneas y las compañías de viajes presentaron una avalancha de promesas y compromisos de cero emisiones, en un intento de neutralizar cualquier argumento de que deberíamos volar menos o de que los gobiernos deberían introducir impuestos sobre el carbono para controlar la demanda. El propietario de BA prometió invertir 400 mdd en combustibles de aviación sustentables durante los próximos 20 años para ayudar al sector a alcanzar el objetivo en 2050.
La industria espera que estas promesas de inversión tecnológica sean suficientes para garantizar el crecimiento continuo del sector de viajes.
Siempre optimista, el CEO de Ryanair, Michael O’Leary, cree que ni la pandemia ni el cambio climático tendrán “ningún impacto duradero” en los vuelos: “La idea de que la gente no volverá a viajar después del covid, o de que la gente dejará de volar por vergüenza después de la COP26. (Es) algo que nunca va a ocurrir”.
srgs
” Fuentes www.milenio.com ”