Con optimismo, mesura y el objetivo de continuar promocionando fuertemente a Uruguay en el exterior, se abrieron ayer las fronteras para los extranjeros. Fue el closing de casi un año y ocho meses sin turistas extranjeros, o el principio de un camino en cuyo closing hay una luz, que no representa la salvación sino una oportunidad para todo el sector económico que vive de esta actividad, o particularmente de la tradicional temporada el estival.
Es que la emergencia sanitaria por el coronavirus impactó en todos los mercados, pero en este especialmente como no había ocurrido nunca. Por eso entre operadores no dudan en definir a la jornada de ayer, 1º de noviembre de 2021, como un día histórico. “Es una fecha para festejar y recordar, porque quizás pueda significar el fin de un período, que veremos si podremos mantener luego aunque yo creo que sí”, afirmó en diálogo con El País Carlos Pera, presidente de la Asociación Uruguaya de Agencias de Viajes. “Y para las agencias de viaje, para los hoteles, transportistas, restaurantes y rentadoras de autos, esta es una gran oportunidad para poder trabajar”, agregó el empresario.
Una gran oportunidad que, entienden todos en el sector, no admite proyecciones auspiciosas si se compara, claro, con lo que han sido las temporadas de verano antes del cimbronazo que supuso la pandemia a partir del 13 de marzo de 2020.
Los hoteles, por ejemplo, vienen acumulando reservas aunque a un ritmo que no es el más deseado. “Hay un buen movimiento en cuanto a consultas e interés, pero las reservas vienen un poco lentas, porque en pandemia la gente suele decidirse sobre la fecha”, dijo en ese sentido Marina Cantera, presidenta de la Cámara Uruguaya de Turismo, que acotó enseguida: “No estamos desanimados, porque sabemos que esto se va a dar de a poco, y porque el decreto de la reapertura lleva recién unos pocos días, y mucha gente está recién enterándose de su contenido”.
La proyección para esta temporada es que su actividad, ocupación hotelera y consumo, rondará el 70% de lo que fue la temporada de 2019-2020, la última en condiciones de normalidad; es decir, con turistas extranjeros.
“Obviamente que si se da ese nivel de ocupación lo veremos como algo excelente, bienvenido”, dijo Pera en ese sentido.
Pero el partido recién empieza. En la jornada de ayer, por lo pronto, según dijo a El País el ministro de Turismo Tabaré Viera, llegaron nueve vuelos al Aeropuerto de Carrasco, y solo en la mañana arribaron al puerto de Colonia 700 pasajeros de Argentina con 120 autos.
“A medida que vaya aumentando la demanda se van a ir restableciendo los servicios y las frecuencias de los vuelos”, sostuvo el ministro en referencia a que la actividad que tiene hoy el aeropuerto de la capital es de un tercio -50 vuelos semanales- de la que solía haber antes de la llegada de la pandemia, situación que irá cambiando conforme pasen los días, según se espera.
Hacia otros mercados.
Como ocurre habitualmente, pero en este contexto de forma acentuada, los turistas que empezaron a llegar a Uruguay son mayoritariamente argentinos y brasileños, aunque la presencia de estos últimos será muy importante a mediados de mes, cuando se celebren las finales de las copas Sudamericana y Libertadores en el estadio Centenario, protagonizadas por cuatro cuadros de ese país. Se esperan más de 50.000 personas para esos dos fines de semana, dijo Viera.
Pero de cualquier forma, tanto en el sector como en el ministerio, tienen la vista puesta en Europa y Estados Unidos, porque hasta el momento el público de esos lugares está lejos de elegir a Uruguay como destino. Por eso se depositan las expectativas en las ferias que se harán en Las Vegas la semana próxima, y en Madrid a mediados de enero. “El ministerio está apostando a la promoción fundamentalmente a través de estas ferias”, concluyó Viera.
Movimiento dispar en los puentes fronterizos
La apertura de fronteras implicó también aumento de los flujos de personas en los pasos terrestres, pero no en todos los casos se dio de la misma forma. En dos de los puentes que unen a Uruguay con Argentina, por ejemplo, se registraron realidades diferentes. Por un lado, en el Normal San Martín (que une Fray Bentos con Puerto Unzué), que es la principal frontera terrestre con el país vecino, el movimiento fue sostenido desde las primeras horas de la mañana. En el puente Paysandú-Colón, en cambio, apenas se registró pasaje de autos, según pudo constatar El País.
Para ingresar a Uruguay por Fray Bentos llegó a haber sobre el mediodía una fila de 20 vehículos esperando su turno para presentar la documentación, y todos cumplieron con los protocolos de vacunación completa más 14 días, y PCR negativo con una vigencia no mayor a 72 horas.
En el paso de Paysandú la situación fue de calma y escaso movimiento. Pasado el mediodía, se informó a El País desde Migraciones que habían ingresado ocho autos en las últimas horas. Uno de los funcionarios apostados en la frontera dijo que esto es algo regular para esa hora y para esta fecha.
Contrario a lo que se esperaba para este 1° de noviembre, Argentina volvió a postergar la reapertura del puente San Martín, y quienes están ingresando a Uruguay deberán volver vía Buquebus o por la frontera de Salto Grande-Concordia, que está abierta con restricciones desde hace algunas semanas. Muchas personas se enteran de que no pueden cruzar cuando llegan a Fray Bentos y esperan que esta semana el gobierno argentino adopte una decisión en tal sentido. El paso sobre la represa permite cruzar diariamente a 350 personas.
” Fuentes www.elpais.com.uy ”