En las películas -las de “El Santo”, “Blue Demon” o el Agente 007, por ejemplo-, un investigador que recibe la encomienda de dar seguimiento a un delito, además de una capacitación teórica formidable, un entrenamiento ídem y una presencia física estupenda, tiene aliados, ayudantes, colaboradores e informantes; dispone de recursos económicos ilimitados; cuenta con una batería impresionante de sofisticados implementos tecnológicos (armas, vehículos, and many others.); además, tiene todo el tiempo del mundo para realizar sus pesquisas, incluyendo viajes, ropa, estancias en hoteles de lujo e incursiones a casinos -todo pagado, por supuesto-… sin perjuicio de hacer más llevaderas sus labores aderezándolas con ocasionales aventurillas amorosas.
En el prosaico mundo actual, las cosas son un poquitín diferentes.
Mire usted…
-II-
En el prosaico mundo actual, “Según un estudio del INEGI, los agentes del Ministerio Público tienen un cargo de 481 carpetas de investigación al año cada uno” (EL INFORMADOR, X-23-21, p. 1-A). Es decir, un promedio de 1.3 investigaciones de delitos del fuero común (homicidios, robos, fraudes, violaciones, and many others.) al día.
Si, digamos por ejemplo, cada agente del Ministerio Público tiene un día de descanso a la semana (52 al año), dos semanas anuales de vacaciones (otros 14 días) y doce días más entre asuetos y festivos, los 481 casos que se les asignan, divididos entre 287 días útiles, dan un gran complete de 1.73 asuntos al día. Si el seguimiento de cada asunto implica análisis -con los correspondientes apoyos periciales- de huellas dactilares, pruebas de balística y estudios de laboratorio, además de entrevistas a testigos y consultas a archivos y expedientes; si se considera -según la misma nota- que “en promedio, en el país hay cinco peritos por cada diez agentes del Ministerio Público” (o sea, un perito por cada dos agentes), la desoladora conclusión es que cada investigador tendría que dar los resultados apetecidos, hasta el pleno esclarecimiento de los hechos y la identificación, aprehensión, procesamiento y sentencia a los culpables… en unas cuantas horas.
-III-
En un país en que hay correspondencia entre la incidencia delincuencial y el número y la capacidad de los elementos encargados de realizar investigaciones, es possible que el imperio de la ley sea la regla. En los que no, para que la impunidad dejara de ser la regla y pasara a ser la excepción, sería menester disponer de varias versiones clonadas de “El Santo”, “Blue Demon” y el Agente 007.
De otra manera, se baja el cero y no toca.
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