LA HABANA.— Cuba, que llegó a recibir 4.2 millones de turistas antes de la pandemia, espera apenas unos 100 mil viajeros en lo que queda del año luego de la reapertura prevista para noviembre, de la que se dieron a conocer los protocolos como la eliminación de las cuarentenas obligatorias y el reconocimiento de todas las vacunas.
“Nosotros trabajamos en una recuperación responsable del turismo en Cuba”, dijo el martes el ministro del sector en la isla, Juan Carlos García, durante una conferencia de prensa.
Aunque la reapertura de las fronteras fue fijada para el 15 de noviembre, a partir de cuando se hará una paulatina normalización de los vuelos y arribos de turistas -estratégicos para la economía de la isla-, la eliminación de la cuarentena obligatoria actualmente vigente se producirá el 7 de ese mes, aclaró el funcionario.
En cambio, todos los viajeros cubanos o extranjeros deberán presentar un pasaporte de salud o certificado con las vacunas para el COVID-19 reconocidas por sus agencias reguladoras, lo que debería incluir por ejemplo a la ‘Sputnik V’ rusa aunque no sea avalada todavía por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sí aun así los turistas no cumplen estos requisitos tendrán que entregar un resultado de PCR negativo correspondiente a las 72 horas anteriores al viaje. Además se exigirá una declaración jurada al arribo y se mantendrá la exigencia del uso obligatorio de mascarilla.
A los turistas que vayan a casas particulares de renta se exigirá a los dueños un management estricto y la información a las autoridades sanitarias en caso de aparición de síntomas.
El gobierno decidió la reapertura tras la caída en los casos confirmados sobre todo a partir de la vacunación masiva. Según las autoridades, el 69.2 por ciento de la población pasible de ser inmunizada ya recibió el esquema completo -en Cuba es de tres dosis- y el 99 por ciento tiene al menos una inyección con los antígenos nacionales Soberana 02, Soberana Plus y Abdala.
García indicó que en esta temporada se agregarán unas cuatro mil nuevas habitaciones y se abrirá el mercado interno desde octubre.
Las autoridades no revelaron las pérdidas ocasionadas por la pandemia al turismo, un motor de las finanzas de la isla cuyos ingresos anuales se estiman en unos tres mil millones de dólares. En 2019 Cuba había recibido unos 4.2 millones de turistas.
La semana pasada, el ministro de Economía, Alejandro Gil, dijo que recién en 2022 podrían esperarse unos dos millones de visitantes.
Cuba sufre una aguda disaster económica producto de la pandemia, en especial por el cierre de aeropuertos y la caída en las cifras de visitantes. En 2020 el Producto Interno Bruto (PIB) descendió un 11 por ciento y para este año no se espera más de un dos por ciento de crecimiento.
A la pandemia se le sumó el impacto de las sanciones económicas de Estados Unidos a la isla, que ocasionaron desabastecimiento de bienes básicos.
El ministro García reconoció que será “un combate” lograr que los turistas respeten las normas como el uso obligatorio de las mascarillas o el aforo limitado para entrar a algunos lugares. “El compromiso en que no haya un nuevo rebrote es algo en lo que todos los días tenemos que pensar”.
Un mural de bienvenida
Hay mar, gaviotas y playas de arenas blancas. Y ahora para los turistas y viajeros que hayan pasado por Cuba también estará el recuerdo de un girasol gigante que tiene por corazón la bandera de la isla.
A la espera de que reabran las fronteras el 15 de noviembre después de meses de aislamiento por el nuevo coronavirus, el artista cubano Michel Mirabal instaló un enorme mural en los salones de partida de la mayor terminal aérea del país.
“Es un gran placer compartir una obra que tenga que ver con la cubanía”, dijo a AP con emoción Mirabal, de 47 años, y quien a lo largo de 25 de vida artística se ha convertido en uno de los más destacados creadores plásticos de la isla. “Y sobre todo en este lugar, en que la van a ver muchas personas, tanto los que entran como los que salen”.
Guiados por Mirabal, el lunes técnicos y obreros le daban los últimos retoques a la instalación en la todavía desolada Terminal 3 del aeropuerto José Martí de La Habana.
La obra se llama Cachita ampara a todos los cubanos, un lema escrito también al pie de un enorme girasol que contiene en su centro a la bandera cubana, un conjunto realizado a partir de trazos que simulan pétalos.
Cachita es la forma standard en la que los isleños denominan a la Virgen de la Caridad, patrona de Cuba y una figura potente, adonde también se la identifica con Ochún, la diosa u orisha de la maternidad, la femineidad y los ríos, tradiciones afrodescendientes que muchos veneran.
El proyecto se inició hace dos años en los que la pandemia de COVID-19 y toda una serie de permisos fueron retrasando su realización.
“Lo que sucede, conviene”, explicó risueño Mirabal para quien la instalación tendrá un valor mucho más icónico en la postpandemia, con gente entrando y saliendo del país. El espacio de la instalación servirá para “encomendarse a ese lugar o a ese futuro que les espera (a los viajeros) afuera o adentro” de Cuba, dijo.
Daniel González, diseñador y director de realización de la obra, indicó que desde hace cuatro meses un equipo que fue sumando a unas 15 personas trabajaron en el montaje de la estructura gigante y los paneles de PVC. El mural tiene ocho metros de alto por seis de largo.
Desde marzo de 2020 a la fecha, Cuba ha reportado más de 936 mil 800 casos confirmados de coronavirus, de los cuales ocho mil 79 personas fallecieron. Al inicio de la pandemia muchas personas miraron a las terminales aéreas y a los viajeros con resquemor luego de que tres turistas italianos fueran los primeros casos confirmados en la isla.
Durante el año pasado y tras un cierre de aeropuertos y medidas de distanciamiento social -así como un proceso de pesquisa casa por casa- la enfermedad se mantuvo bajo relativo management, pero en diciembre se incrementaron los vuelos comerciales y llegó la variante Delta, que provocó un rebrote que puso al borde del colapso los sistemas sanitarios en algunas provincias y que se tardó 10 meses en disminuir.
Precisamente en las últimas semanas las autoridades iniciaron una campaña masiva de vacunación -que incluye a los niños a partir de los dos años- con los antígenos propios Soberana 02, Soberana Plus y Abdala, con lo que han logrado bajar los casos de unos nueve mil diarios en septiembre a unos dos mil actuales. También se reportó un descenso en las muertes.
Paralelamente, el gobierno inició una serie de acciones de desescalamiento de las medidas de aislamiento como la reapertura de tiendas y comercios, la flexibilización del transporte y un paulatino retorno a las clases presenciales. Uno de los pasos más esperados es la reapertura de la terminal aérea capitalina, puerta de entrada y salida de millones de personas que cada año vienen a la isla o salen de ella.
” Fuentes www.elfinanciero.com.mx ”