En un mundo atiborrado de tiktoks con fragmentos de canciones de 30 segundos —“fáciles de digerir”, como él mismo cube—, Nach sigue apostándole a hacer temas de ocho minutos, indigestiones para la radio comercial e imposibles para los movies de las redes sociales.
(Le recomendamos: Bunbury rinde homenaje a José José con una versión de ‘El Triste’)
Si se sigue con su analogía a la digestión, ‘comerse’ un tiktok es como disfrutar un cupcake: efímero y dulce, pero para tragarse una canción de Nach hay que prepararse para ingerir petróleo: “Crudo, espeso y extenso”.
Es una leyenda del rap en idioma castellano. Ha sacado más de una docena de álbumes y ha sabido defender su presencia en una industria musical cada vez más competida y diversa. Ignacio Fornés Olmo nació en Albacete (España), en 1974. De Ignacio salió Nacho y de ahí su nombre artístico, que carga una reputación prestigiosa y respetada en el mundo del hip hop.
Precisamente de esa capacidad de mantenerse firme a través de los años es que habla en su nueva canción, De pie, un manifiesto en el que, con su característico tono rudo y honesto, revisa su carrera con sus fortalezas y debilidades. Atrás, una sinfónica —con instrumentalistas reales— le da un ambiente épico al tema, y se combina con un golpe de entice precise y veloz.
El párrafo anterior es también una descripción de esta entrevista. La única diferencia es que, al hablar, Nach reemplaza la actitud rabiosa con la que rapea por una dulce y paciente.
¿Nos puede hablar de estos versos de su nueva canción, De pie, por favor?: “Viví cada fase del hip hop. / Invicto desde el nueve cinco. / De los foros y del MySpace / A la era de Twitter, de Twitch y de TikTok”.
Vengo de la primera temporada de esta serie. A veces pienso ¿cómo es posible que me haya mantenido durante tantos años? Es algo que no me había planteado antes y que no creí que fuera a suceder. He pensado que me llena de orgullo haber vivido las diferentes épocas del hip hop y poder haberme mantenido de pie, como cube la canción. Sí que ha cambiado la industria. Ha habido momentos en los que me he visto intentando adaptarme y reaccionar sin perder mi esencia y mi manera de entender la música.
¿Qué ha cambiado en estos años?
Son unos tiempos en los que todo se ha acelerado. Todo es inmediato. Las canciones cada vez son más asumibles, más audibles. Hemos llegado a hacer simplemente frases o mantras para que entren en 30 segundos de video en las plataformas digitales.
Usted, en cambio, sigue haciendo canciones de ocho minutos…
Yo sigo pensando que el ‘hip hop’ debe dar un mensaje crudo, espeso y extenso. Así period antes. Todavía hay un tipo de público que está dispuesto a hacer el esfuerzo de escuchar
Yo sigo pensando que el hip hop debe dar un mensaje crudo, espeso y extenso. Así period antes. Todavía hay un tipo de público que está dispuesto a hacer el esfuerzo de escuchar. Esas son las personas a las que les tengo que seguir dando esta música. Voy a seguir haciendo canciones de ocho minutos, por mucho que cada vez se reduzca más el tiempo de atención de la gente. Eso no significa que no me adapte a los tiempos. Creo que lo estoy haciendo. Utilizo las redes sociales en las maneras que me gusta, me divierte y me parece útil.
(Le puede interesar: Una cinta inédita de John Lennon de hace 50 años se subasta en Dinamarca)
¿En qué otro sentido se adapta?
También uso los sonidos y la tecnología de ahora para hacer mis canciones, siempre y cuando me gusten y crea que se pueden adaptar a mi esencia. Si un día se me ocurre hacer una cosa en TikTok a la que le vea sentido, la voy a hacer.
O sea que no está del todo en contra de las redes sociales…
Las redes sociales tienen professionals y contras. Una ventaja es que el espacio se ha democratizado para que cada uno muestre su música, ya sea un grupo enorme o alguien en su casa. Eso ha permitido que artistas que valen la pena se muestren. No todos los de ahora están haciendo música fácil y para las redes. Hay cosas muy interesantes, con calidad. Hay de todo. Ya depende de lo que cada quien quiera hacer con la música y de para qué la quiera usar. Están los que la quieren para distraerse y evadirse, y están los que la quieren para construirse por dentro y ayudarse.
¿Cuál es un buen consejo para mantenerse vigente?
Creo que hay que estar cerca de la motivación. Hay que preguntarse constantemente por qué hago esto, para qué hago esto, qué me aporta, qué me da. Si te olvidas de todo eso, puedes perder la perspectiva, acomodarte en algo y terminar quejándote constantemente. Es verdad que todos tenemos que hacer cosas que no nos apetecen, pero luego viene una recompensa a nivel important muy bestia. Aunque hay que tener cuidado, porque no hay que estar siempre listo a depender de las tendencias.
En una canción suya cube que Wisin y Yandel venden más que Leonard Cohen…
Sí, a ver, lo de Wisin y Yandel no va en contra de Wisin y Yandel. Es un hecho, ¿no? La música más audible tiene mucho más protagonismo que otra cosa que es muy profunda. Y también lo entiendo. Es así, ¿no? El mainstream contra todo lo que hay por debajo.
Sin embargo, el reguetón tiene un origen en común con el hip hop. ¿Cómo ve que la música urbana, así sea en otra presentación, le dé la vuelta al mundo?
Me hace mucha gracia ver cómo el hip hop nunca explotó en el mundo comercial. Bueno, sí, en Estados Unidos hubo determinados artistas, etcétera. Pero el hip hop en español nunca terminó de explotar como sí lo hizo el entice o el reguetón. No sé muy bien por qué. Sin embargo, sé que el hip hop se va a mantener durante décadas porque su base musical es muy sólida. Desconozco si también pasa eso con el reguetón, pero mi género lo conozco bien y sé que tiene una raíz muy fuerte. También me parece curioso ver cómo muchos artistas del mainstream han vuelto a acudir a hacer barras (versos de rap), muy inspirados en el hip hop de los 90. Muchos artistas, sobre todo latinoamericanos, me han sorprendido gratamente en este sentido. Estas tendencias demuestran que ese tronco grande del hip hop se sigue ramificando. Y eso es bueno.
¿A qué atribuye el triunfo de una rama sobre otra?
Es cierto que ahora vivimos en una época en la que la imagen es muy importante. Detrás de eso hay un capitalismo que lo engloba todo. La gente percibe quién tiene éxito por lo que se muestra. Yo no culpo a ningún artista por esto. Creo que la sociedad también es un poco así. El respeto se mide por lo que se consigue en términos materiales. Lo superficial es lo que vemos. No nos educaron para ver más allá.
También mencionaba que en Estados Unidos la historia es otra. En una canción usted cube que está más cerca de Kase-O (el rapero español) que de Jay-Z (el rapero gringo). ¿Por qué?
Siento que estoy más cerca de ese sentimiento ¿punk, quizás? El mismo Kase cube que cuida más su gramática que su etiqueta. Lo importante es elaborar los versos. Que lo que se vea de mí es lo que yo creo. Me siento más cerca del punky que del empresario. Obviamente, Jay-Z también es un crac. A lo que me refiero es a que no me importa no ganar tanto dinero siempre que pueda escupir mi música como me gusta. Me interesa más lo que hay por debajo del mainstream, pero es una cuestión private.
(Tal vez quisiera leer: Queen celebra cinco décadas de música y abre tienda en Londres)
El hip hop tiene una tradición callejera, pero usted es sociólogo y tiene una formación académica. ¿Eso influye en sus procesos creativos?
Es la manera en la que yo concibo el mundo y en la que yo me quiero alimentar de él. Otros raperos que vienen de lugares muy callejeros quieren reflejar esas experiencias. Quizás hay gente que no me entiende cuando rapeo porque uso vocabulario que no maneja. Hay gente que no quiere saber de cosas literarias porque no hacen parte de su universo. Bueno, no sé. Yo siempre he intentado ser quien soy. Siempre me han interesado las palabras. Mi mamá me educó con refranes y poemas. Y a partir de ahí he tenido la oportunidad de alimentar mi cabeza. He intentado llevar la sociología, mi inquietud por entender cómo se mueve esta sociedad, a mi música. Todo eso ha resultado en la persona que tienes delante.
Ahora que menciona lo literario, ¿su proceso creativo es igual cuando compone canciones que cuando escribe libros?
Creo que en mí hay tres dimensiones: una que hace rap, una que hace poesía y una que hace poesía para ser leída en voz alta. En la primera hay un juego literario que intenta crear imágenes con palabras. La segunda, creo que se ubica en un lugar diferente de mi cerebro y gracias a ella he entendido otras cosas de la vida. Con la tercera he encontrado una manera más amplía de escribir, sin estar atado a un compás o a unas métricas. Todo está unido, pero a la vez viene de diferentes lugares de mí. Para mí, la poesía es una manera de viajar a otro espacio, a otro tiempo, dentro de una persona. No sé si me explico.
Sí, sí…
Poder estar dentro de alguien y ver cómo concibe la realidad se me hace la manera más brutal de viajar. Con toda la humildad, eso es lo que yo he intentado hacer. Sin embargo, creo que leo mucho menos de lo que la gente cree. Quizás algunos piensan que estoy todo el día con un libro debajo del brazo, y no es así. Sí es verdad que me gusta leer. Leo, sobre todo, poesía. Más que ensayo o novela.
¿Qué opina de los cantantes españoles de la actualidad? ¿Le gustan?
C. Tangana, por ejemplo, ha hecho algo muy interesante. Cogió el folclor y los sonidos tradicionales de España y le dio la vuelta. Por eso ha tenido tanta atención. Ha ocupado un lugar que no estaba ocupado.
¿Cómo describiría su relación con América Latina, con Colombia?
Latinoamérica me ha dado muchísimo. En España, yo hacía conciertos para 800 personas. Llegué a México, por ejemplo, y llenaba escenarios con 8.000 personas. Me empecé a dar cuenta del potencial que tiene el web para expandir la cultura. Allá, se me abrió un mundo. Para hablar específicamente de Colombia, es uno de los lugares donde se me ha acogido más y mejor. No sé por qué mi mensaje ha calado mucho en la gente de Colombia. La inquietud de encontrar una verdad en algo les ha hecho encontrar una que otra en mi música. Eso ha creado una militancia y un cariño brutal. Lo único que puedo hacer es agradecer.
(Lea además: 10 discos de pop y rock que debe escuchar en el siglo 21)
Para cerrar, ¿cómo nació su relación con Juanes para colaborar en la canción Pasarán?
Por otro lado, lo de Juanes se ha dado de una forma fortuita. Yo había oído su música, obviamente, pero cuando nos conocimos personalmente se sentía como si fuéramos amigos de toda la vida. Eso sucede. Hubo una conexión private. Ni siquiera hablamos de música. Él se ha convertido en un amigo. De ahí salieron las ganas de trabajar juntos.
MATEO ARIAS ORTIZ
Redacción Domingo
” Fuentes www.eltiempo.com ”