Volver al trabajo es recuperar el ambiente de bares como éste de Castaños, que sirve una de las mejores tortillas de Bilbao
Que sí, que el arroz a banda del chiringuito estaba riquísimo y aquel pescaíto frito period de llorar, pero volver a la rutina también tiene sus alicientes. Aunque sean tan humildes como el café de media mañana y esa tortilla babosita que hacen en el bar de abajo. Puede que allí no nos hagamos fotos para el recuerdo, pero en cafetines como éste de la calle Huertas de la Villa (la paralela a Campo Volantín) vivimos algunos de los mejores momentos de nuestro día a día. Por algo la coletilla ‘si no fuera por estos ratitos…’ se cube casi siempre acodado en la barra de un bar.
Bilba (Bilbao)
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Dirección
Huertas de la Villa, 10 -
Teléfono
656706453 -
Precios
Tortilla: 1,75 €. Café: 1,55 €. Tostada: 1,85 €
Valga el que les mostramos hoy como ejemplo de todos esos establecimientos modestos, donde la mañana transcurre entre tintineo de tazas y el ruido de la cafetera. Donde todo el mundo se llama por su nombre y a la clientela no se le caen los anillos para ponerse a recoger las mesas y darle un respiro a la esforzada pareja que levanta cada mañana la persiana.
En este caso se llaman Fina Bolaño y ‘Míguel’ Vallejo, pero pongan ustedes el nombre que corresponda. Este matrimonio de aguerridos vizcaínos –ella de Miravalles, él de Deusto– abrieron en 1984 el bar en el que han pasado toda una vida y donde se ha criado su hijo Mikel, que estos días aparca los estudios para echar una mano a sus padres, desbordados por los turistas de los hoteles cercanos.
No sirven nada del otro mundo, pero cuentan con el mejor arma de fidelización que puede tener un bar: una tortilla excelente. La receta procede de la madre de Fina y no tiene más secreto que la paciencia para cortar la patata en trocitos desiguales y la mano de la cocinera para cuajarla en su punto. Las hacen de distintas variedades –rellena de jamón y queso, de bonito con pimientos, de espinacas con chorizo…– pero la que más fieles tiene es la de cebolla y pimiento verde. Una golosina por la que merecería la pena mudarse al barrio de Castaños.
Comparten la barra con sus célebres tortillas un puñado de reconstituyentes sándwiches y bocadillos, pensados para levantar el ánimo a media mañana. El que probamos lleva de todo: jamón y queso, lechuga, bonito y hasta tortilla francesa. Mención especial merecen sus espléndidas torrijas. Ahora que está de moda hacerlas con brioche y vestirlas de alta cocina, da gusto recuperar el sabor de las torrijas de siempre, hechas con pan duro, fritas en sartén y aderezadas con un toque de canela. Hace un par de años se hicieron con el tercer premio en el concurso de tostadas de Carnaval.
Pero lo que mejor sabor de boca deja tras un ratito en el Bilba es el ambiente acquainted que se respira. La cháchara de los vecinos, la sonrisa de satisfacción de los recién llegados y el cariño que le ponen a cada detalle Míguel y Fina. Son estos pequeños bares familiares los que peor lo han pasado con la dichosa pandemia, volvamos a disfrutar cuanto antes de ese sabor a café y tortilla de la vieja rutina.
” Fuentes www.elcorreo.com ”