Tomar un vuelo para cerrar o iniciar un negocio ya no es lo que period. La pandemia de coronavirus, primero, hizo caer en picada a la industria aérea, y ahora en la «nueva normalidad» las empresas están regresando de a poco a los viajes corporativos pero extreman recaudos. La cautela tiene una doble justificación: las compañías están golpeadas en sus presupuestos por causa del COVID-19, y las que deciden enviar a sus ejecutivos de viaje tienen que velar más que nunca por su salud.
Más del 84% de los viajeros de negocios desea volver a tomar un avión, pero con las medidas de seguridad adecuadas, según reveló en abril un estudio internacional entre 1.400 ejecutivos realizado por Amadeus, empresa international de tecnología para la industria de los viajes.
Ese énfasis de los ejecutivos del mundo -y también de Uruguay- se traduce en una mayor preponderancia de los seguros de viaje, que ahora deben cubrir imprevistos ocasionados por el COVID-19. En varios países de Europa, Canadá y Costa Rica, entre otros destinos, es un requisito obligatorio para el ingreso de extranjeros.
«El tema sanitario, los requisitos y permisos de entrada a los países es lo principal», destacó María del Mar Asorey, integrante del departamento de viajes corporativos de Buemes, sobre las prioridades de los ejecutivos. Viajar a un determinado destino depende mucho del tipo de pasaporte (los países están aplicando distintos niveles de apertura a los visitantes extranjeros según su procedencia) y de la vacuna que recibió el pasajero. «Hoy manejamos los carnés de vacunación de los clientes como si fueran un documento más de viaje», señaló Asorey.
Más que nunca, los agentes de viajes están ejerciendo el rol de asesores ante sus clientes empresariales. «De manera muy clara y sobre todo a nivel corporativo, empezó a ser muy específica la necesidad de averiguar sobre la documentación (necesaria para viajar), porque todo empezó a cambiar», dijo Álvaro Provider, gerente normal de Jetmar. Ese requerimiento llevó a la empresa a enfatizar la información. Creó el departamento «Jetmar informa», que se ocupa de actualizar los cambios en la documentación requerida o las restricciones para viajar según el destino elegido.
Los viajeros de hoy son los líderes de empresa, y sobre todo del sector industrial. Centroamérica es el destino más demandado por los ejecutivos uruguayos
Estas prioridades derivan en que la «confianza y seguridad» (64%) sea el principal issue que los ejecutivos ponderan para retomar los viajes, constató el informe de Amadeus «The Way forward for Enterprise Journey». El estudio situó en segundo lugar la posibilidad de hacer cambios o cancelaciones de pasajes de último minuto (39%). Los viajeros buscan tarifas flexibles que no estén sujetas a una fecha específica, ya que hoy diversos factores pueden alterar la realización de un viaje, ratificó Gonzalo Rodríguez, director de Carrasco Viajes.
El empresario señaló que, a diferencia de lo que preveían los analistas, el segmento de negocios se está recuperando más lentamente que el de ocio, porque «lo primero que están haciendo (las empresas) es generar los protocolos para los viajes corporativos», explicó.
En la definición de esta política deberían intervenir áreas como RR.HH., Finanzas, Riesgo y Cumplimiento y Authorized, sugiere Amadeus en sus análisis.
Los protocolos buscan abordar aspectos como: «¿Qué políticas basadas en el distanciamiento debe cumplir el private?, ¿Deberían utilizar coches de alquiler, viajes compartidos, taxis o vuelos? ¿Cuándo deben usar máscaras o participar en reuniones grupales? ¿Cómo deberían distinguir las empresas entre las actividades en las que pueden participar los empleados vacunados y no vacunados?», enumeró en un artículo la consultora McKinsey.
Pero, aunque más riesgoso que antes de la pandemia, viajar es indispensable para hacer negocios internacionales.
«El viaje sigue siendo necesario, lo que sí: lo estoy implementando cada 60 días y no cada 30 como antes», comentó Edgar Da Silveira, gerente de Comercio Exterior de Crufi. En su caso, volvió a viajar por trabajo a Asunción -uno de los mercados de la empresa junto a Bolivia- en febrero, luego de nueve meses de pausa.
Da Silveira dijo que «el riesgo es mayor» para los ejecutivos: «no estás adentro de un lodge, estás moviéndote de un lado a otro y tenés mucho contacto» en visitas a empresas y empresarios, así como en almuerzos y cenas de negocios.
Pasar la turbulencia
Los directores, dueños, gerentes y CEO de empresas son quienes están viajando con más frecuencia (a nivel de turismo receptivo destacan los perfiles técnicos). Por sectores, la industria impulsa la demanda de tíquets aéreos en mayor medida que el comercio y los servicios, dicen agencias locales.
Centroamérica y EE.UU. son al presente los destinos de viaje más solicitados por su mayor apertura al turismo extranjero. Mientras, los países de la región no están captando un gran movimiento, excepto Paraguay.
El escenario refleja una reactivación de los viajes de negocios, aunque a ritmo lento. La aparición de la variante delta, la incertidumbre sobre las restricciones fronterizas en los países y sus niveles de vacunación son factores que inciden en la decisión de viajar a nivel international.
El sector viajes corporativos se desplomó en la pandemia; el gasto a nivel international cayó un 52%, según indicó la empresa McKinsey
«Hemos observado un aumento en la demanda en América Latina que ha ido lentamente en aumento desde junio del 2020, alcanzando el punto más alto en junio de este año. De todas maneras, está muy lejos de los niveles prepandemia», analizó Guillermo Prosper, gerente normal en Uruguay de Sabre, multinacional tecnológica en la industria de los viajes. Al comparar la recuperación de los viajes de ocio con los corporativos, los primeros «claramente lideran» la reactivación, un comportamiento visto a nivel international como en la región.
Para Carrasco Viajes, el nicho corporativo significaba un 40% de su negocio antes del COVID-19. «Hoy será un 8% o 9% del complete facturado en estos meses», estimó Rodríguez.
En Jetmar califican la pandemia como «la peor disaster de la industria, pero también del sector corporativo» porque los viajes de negocios cayeron a cero. «Partimos de ese lugar para ver desde hace un par de meses un crecimiento lento en comparación con los viajes vacacionales», evaluó Provider. La campaña de vacunación es un impulso a la movilidad, arguyó.
El segmento había sucumbido al coronavirus; McKinsey estimó que en 2020 los gastos de viajes de negocios globales se contrajeron en un 52%, mientras que en EE.UU. cayeron un 71%, o sea US$ 94.000 millones.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés) concluyó que la industria no llegará a los niveles prepandemia al menos hasta 2024. Tanto la Asociación de Viajes de EE.UU. como la Asociación de Viajes de Negocios Globales proyectan una recuperación complete para 2025.
Sin poner fechas, el director de Carrasco Viajes aventuró que la recuperación del nicho de negocios llevará un «tiempo importante». Esa inversión está sujeta a la economía de las empresas y a la evolución de la situación sanitaria en los países y sus derivaciones. También, a un tema de responsabilidad empresarial. «Vos podés tomar todos tus riesgos al viajar si querés irte al Caribe, pero que una empresa te mande a un lugar donde te puedas enfermar es una responsabilidad muy importante», afirmó Rodríguez.
Viajar hoy se trata menos de acumular millas que de sumar certezas.
El valor del cara a cara
Con la pandemia, las videollamadas se convirtieron en el canal casi exclusivo para celebrar reuniones y eventos de trabajo o de negocios.
Pero, si bien ciertas actividades -como revisión de presupuestos o capacitaciones- podrían seguir haciéndose de manera on-line en la nueva normalidad, otras -como las negociaciones comerciales o las reuniones para revitalizar a los equipos-, continuarán siendo propicias para viajar, ya que basan su éxito en el encuentro cara a cara, afirma Amadeus.
Con ello coincidió Edgar Da Silveira, de Crufi, para quien la presencialidad es elementary para hacer negocios en el exterior. «No es que Zoom no sirva, hace un mantenimiento de las relaciones», opinó.
Por su parte, las agencias de viajes no ven a las videollamadas como un riesgo para su negocio.
«No son una competencia sino un complemento» a la presencialidad, dijo Álvaro Provider, de Jetmar. Para María del Mar Asorey, de Viajes Buemes, «Zoom no es lo mismo» que el cara a cara, si bien «algo va a impactar».
El gerente normal de Sabre Uruguay, Guillermo Prosper, valoró que «esta tecnología no va a reemplazar lo que es el contacto private en cuanto a viajes de negocio». De hecho, «la recuperación vista hasta ahora es un indicador de que los viajes de negocio siguen siendo importantes», destacó.
” Fuentes www.elpais.com.uy ”