Por Guadalupe Romero
La discusión sobre el coloration del semáforo epidemiológico, en medio de la exigencia por mantener con la reapertura económica del país y el aumento de los contagios tras las variantes de la pandemia Covid-19, nubló la información del Coneval sobre el aumento de la pobreza en México.
Tras la negativa del Gobierno Federal de reconocer “los datos” del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la opción es repetirlo, como lo hacen con “sus datos”, para ocuparnos todos. Si las promesas son disminuir la pobreza en México, la obligación debe ser ni un pobre más.
El número de personas en pobreza aumentó 3.8 millones entre 2018 y 2020. Y entre los más desprotegidos, los de la pobreza extrema, se agregaron 2.1 millones. Más el componente de salud, en tiempos de pandemia también un derecho, los que dejaron de contar con estos servicios sumaron 15.6 millones de personas, en lo que va de la presente administración.
Aquí está el foco, para andar el camino directo las prioridades son indispensables, lo demás son ganas de retrasar la llegada. Es pensar a largo plazo, sin salud, aunque se quiera, la actividad productiva, el comercio, los servicios y el gobierno tendrán ciudadanos mermados y desconcentrados por sus carencias para impulsar al país.
En pobreza y sin salud aunque los desplegados, comunicados, misivas y gremios se mantengan firmes en la reapertura económica, estará sostenida solo por eso, por papelitos lejos de la fortaleza de eso que muchos enarbolan como supremos protectores: el pueblo.
Unidos, pero el dinosaurio sigue ahí
Apenas ayer, el autonombrado G9, compuesto por Canacintra, Canirac, Canadevi, Coparmex y CMIC, entre otros, y la Antad distribuyó el comunicado, relatan que durante la emergencia sanitaria la agrupación se coordinaba con las autoridades de la Ciudad de México para concretar medidas de sanidad y protocolos en las empresas, con el objetivo de crear espacios seguros para la ciudadanía.
Por lo que “detener nuevamente las actividades económicas en la capital del país sería catastrófico para la recuperación de los empleos y llevaría a la quiebra a miles de empresas. Las organizaciones llevamos a cabo una intensa campaña publicitaria para informar de las medidas sanitarias: como sana distancia, uso de cubrebocas, lavado frecuente de manos, así como no exponerse en lugares cerrados que no mantengan condiciones de ventilación adecuadas”. E insisten que el sector privado pone a disposición de la autoridad sus instalaciones para acelerar el proceso de vacunación y proteger mejor a la ciudadanía. Porque reconocen que en esta tercera ola de contagios los retos continúan “para proteger la salud, continuar la reactivación de la economía capitalina y mantener a México en movimiento”.
Los cruceros ya anuncian su atraco en los puertos, y estos ya se preparan con los amarres para recibirlos; sin embargo, mientras el riesgo de contagio y sospechas de nuevas formas del virus la encrucijada sigue: ¿Dejar bajar para permitir que lleguen recursos a los destinos que viven de eso o controlar la epidemia abordo?, en sentido figurado, por supuesto.
El inolvidable Diamond Princess
En enero del año pasado, cuando apenas la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó el primer informe relativo a un nuevo coronavirus originado en Wuhan, el Diamond Princess, ya había subido anclas y emprendido uno de los peores viajes en crucero de la historia.
En febrero de 2020 la pandemia Covid-19 se instaló en los camarotes del barco y period imposible permitir el desembarco de las más de 3 mil 700 personas que lo ocupaban. Luego de semanas de encierro y tras labores de aislamiento y rescate, el saldo fue más de 700 personas contagiadas y 14 muertas. Nada se pudo hacer, solo aislar a los infectados.
Año y medio después, destinos como Ensenada y Cancún, en México, llaman a restablecer la actividad. El puerto en Baja California se declara listo para que a partir del próximo 29 de septiembre puedan arribar cruceros.
La promesa, atender los protocolos de sanitarios internacionales, con la garantía de estar incluidos en el programa Clear&Protected-Destino Seguro, con el distintivo “Safe Travels”, del Consejo Mundial de Viajes y Turismo. Está bien, pero “y las criaturas qué culpa”, ¿la población receptora estará lista para recibir a esos turistas?, los necesitan, es un hecho, pero para septiembre los niños aún faltarán de vacuna y el costo de la enfermedad, oscila entre los 20 mil y 120 mil pesos, según lo grave de la misma, con más pobres en el país ¿estamos listos para atendernos?
Se solicitan turistas
La urgencia la confirman los números, los paseantes se mueven y empiezan a llegar proporcionalmente al avance de la variante Delta y los contagios entre personas vacunadas, quienes evaden la hospitalización pero no la propagación del virus.
Los números, analizados por el equipo de la especialista Delia Paredes, de Grupo Financiero Banorte, revelan que la actividad del sector turístico del país continuó avanzando en junio. La ocupación hotelera se ubicó en 46%, su mayor nivel desde febrero 2020.
No obstante, este nivel fue 40 puntos porcentuales. mayor al registrado en el mismo mes del año anterior y 5 puntos porcentuales superior al del mes previo. Cabe mencionar que la ocupación hotelera del país, con respecto a junio 2019 (preCovid), registró una disminución de 14 puntos porcentuales.
Con datos del Inegi, el número de cuartos ocupados sumó un whole de 192,597 lo que significó un fuerte avance de 697.1% en términos anuales, mientras que la infraestructura hotelera no registró movimiento, sumando un whole de 418,870 habitaciones disponibles. No obstante, en el primer semestre del año la ocupación hotelera promedió 35%.
Los analistas de Banorte refieren nuestra thought central: la ausencia de restricciones a los viajes ha fortalecido el sector a pesar de los incrementos de casos por Covid-19 en algunos estados del país y en países extranjeros. Sin embargo, en la comparación con junio 2019 (preCovid), el sector aeroportuario registró una caída de 15.1% en junio en su comparación anual.
Pues si, pero no, nos movemos y nos seguimos contagiando y los más pobres siguen en aumento, ¿entonces? Algo debe estar fallando y el riesgo de quedarnos dentro del crucero aumenta.
” Fuentes www.contrareplica.mx ”