Siempre hay buenos motivos para visitar Cusco. Incluso cuando se cree que ya lo habías visto todo, la capital del imperio Inca guarda caminos que ansían ser descubiertos por los visitantes. En plena lucha por recuperar el tiempo perdido, el ombligo del mundo presenta dos rutas imperdibles para los amantes del trekking.
Desde los increíbles espacios naturales en el que solo llega la mano de Dios, hasta la calidez de sus habitantes que te agradecen por tu visita, con una cordialidad tan encantadora que se te olvida el cansancio producto de las largas horas de caminata.
Chinchero y Ollantaytambo demuestran que el Valle Sagrado de los Incas no solo son las muestras arquitectónicas de un pasado que glorifica el orgullo peruano por su majestuosa historia.
También son sus caminos pedregosos, ríos, quebradas, cataratas, una vegetación tan verde que contrasta con la nieve y un sol que quema en todo momento, pero que se apaga en el frío de las sombras.
La catarata de Perolniyoc
Dos rutas para un mismo destino. En la comunidad de Socma, específicamente en la cuenca de Páchar ubicada en el distrito de Ollantaytambo, se puede apreciar uno de los velos de agua más hermosos de nuestro país. Con una caída de más de 100 metros, la catarata de Perolniyoc forma parte de uno de los destinos imprescindibles en el Cusco.
Durante el recorrido se puede visitar también el sitio arqueológico de Raqaypata que está ubicado sobre la catarata, en una magnifica construcción perteneciente a la época preínca e inca.
Una vez llegados al poblado de Socma se puede realizar dos rutas de acuerdo al interés y/o resistencia física de los visitantes: una caminata corta y un ascenso de una hora hacia una de las maravillas de este distrito o una caminata larga de 4 horas por un desvío en la que se podrá apreciar la diversidad de la flora y fauna de la zona.
Y aunque parezca complicado, se puede pedir referencias a los pobladores, o solicitar su acompañamiento hacia la caída de agua, con la ayuda de caballos que harán del cansancio un lastre más llevadero.
Rogelio Valdez, regidor del distrito de Ollantaytambol, menciona que “este es un lugar sagrado, único y por ello, invitamos a los turistas del mundo a venir aquí, para conocer a los pobladores que los van a recibir con los brazos abiertos y el corazón grande”.
“Nosotros tenemos no solo a Perolniyoc, tenemos chulpas, cementerios incas, puentes, pintura rupestre que son elementos únicos de la cultura inca y cuyas rutas son visitadas por personas de distintas edades. Tenemos dos rutas, una más larga que la otra, según lo que se desee”, aseguró.
“Hemos trabajado para resguardar la salud de todos nuestros visitantes. Por ello nos hemos capacitado en protocolos de bioseguridad para atender a los turistas ya que queremos reactivar el turismo: invito a todo el mundo a visitar Ollantaytambo”.
Un descenso entre la naturaleza
Si Ollantaytambo tiene a Perolniyoc, Chinchero tiene a Poc Poc. Una caída de 20 metros forma parte de una de las tantas maravillas de este distrito. El camino Inca desde Chinchero hacia Urquillo, que refleja la época donde fueron poblados conectados por un camino que hasta el día de hoy existe.
El Qhapaq Ñan que une Chinchero con Urquillos es una caminata moderada en descenso hacia el Valle Sagrado, donde se puede apreciar la flora, fauna y los apus sagrados o montañas que se muestran como protectores de dicho lugar, en una zona que es apropiada para la observación de aves.
Un camino más amigable, pero más largo e igual de hermoso. Celso Ninahuillca, regidor del distrito de Chinchero, comenta que “nosotros como autoridades estamos dando charlas, cursos a los hermanos artesanos para recibir a los turistas”.
Con casi 700 turistas al día, Chinchero extraña las épocas anteriores a la pandemia, en el que recibían la visita de casi 2,000 visitantes cada 24 horas. La economía de los artesanos ha caído dramáticamente, ya que este distrito basa su supervivencia, justamente, en la artesanía y en la agricultura.
“Quiero invitar a los visitantes, ya que Chinchero lo espera y nosotros, las autoridades, damos la garantía de que se cumplirá los protocolos de bioseguridad. Mi pueblo Chinchero, pueblo de arcoiris, los esperan con los brazos abiertos”, finaliza.
Protocolos de bioseguridad
Desde nuestra partida en Lima, hasta la última localidad visitada por la Agencia de Noticias Andina, la presencia estricta de private que controla los protocolos de bioseguridad ha sido perenne y sistemático.
“A veces puede parecer excesivo, pero es por nuestra salud” comenta un turista que llega desde Colombia. “Me parece que está bien que se realice todos los protocolos, a veces no es muy cómodo pero es lo correcto” comenta otra turista llegada desde los Estados Unidos.
Asimismo, las agencias de viajes, cumpliendo estrictamente el distanciamiento social desde las movilidades hasta los puntos de visita, demuestran a los visitantes que si bien es cierto que dar a conocer la cultura peruana es importante dentro de su marco laboral, también lo es la seguridad sanitaria de quienes visitan la capital incaica.
” Fuentes andina.pe ”