Eurocopa multisede. Pero no mucho. O no para todos. Inglaterra sólo ha salido del caparazón de Wembley para disputar el partido de cuartos de last contra Ucrania (0-4), que fue un paseo por Roma. Que sí, que ya se sabía, pero al llegar a la gran last del torneo hay que hacer stability de todo el mes de competición. Y eso incluye los kilómetros que ha tenido que recorrer cada selección en su más o menos duradero, que no largo, camino en la Eurocopa.
Porque Inglaterra jugará el domingo su sexto partido en Wembley de siete disputados. Un camino que ya estaba dibujado con la única obligación de que los de Southgate lograsen quedar primeros de grupo. Lo hicieron y aterrizan en la last con 2.880 kilómetros de avión a sus espaldas… en un único viaje. Londres-Roma y vuelta a la capital británica.
Su rival, Italia, también jugó los tres partidos de la fase de grupos en casa, sin tener que viajar. De hecho, los cuatro semifinalistas comparten este rasgo. Porque España y Dinamarca también tuvieron un inicio de torneo casero, jugando los tres partidos en La Cartuja y en el Parken respectivamente. ¿Cuánto influyó esa ventaja inicial en sus piernas según avanzaba el torneo?
Volviendo a Italia, la selección que escuchará su himno junto al God save the Queen el domingo, ha recorrido unos pocos kilómetros más que los ingleses, 3.296, pero con varias paradas en su viaje. De Roma a Londres para el partido de octavos frente a Austria, de ahí a Múnich para jugar los cuartos contra Bélgica y regreso a la ciudad del Támesis para despachar a España en semifinales. Más viajes, más aviones, pero prácticamente la misma distancia en el mapa.
Pero, ¿qué pasa con las selecciones que no tenían sede fija? Pues que muchas de ellas se han visto abocadas a viajes largos, larguísimos, que han podido influir en sus eliminaciones debido al cansancio further de tener que recorrer tales distancias en un torneo tan corto como la Eurocopa.
En lo alto de la tabla de kilómetros recorridos, Suiza. Nuestra rival de cuartos de last tuvo como itinerario Bakú-Roma-Bakú-Bucarest-San Petersburgo en los cinco encuentros que disputó, para un whole de 9.970 kilómetros, midiendo las distancias de estadio a estadio, de un partido al siguiente. Le sigue Dinamarca, a la que han condenado unos viajes en las eliminatorias larguísimos tras jugar los tres primeros encuentros en Copenhague. Copenhague-Copenhague-Copenhague-Ámsterdam-Bakú-Londres para un whole de 8.231 kilómetros. Y, de cerca, Bélgica, con un itinerario San Petersburgo-Copenhague-San Petersburgo-Sevilla-Múnich que suma 7.726 kilómetros recorridos. Y estos datos, sin tener en cuenta el viaje desde su país de origen o de concentración al escenario del partido, sólo las distancias de estadio a estadio…
Incluso Ceferin ha acabado reconociendo, en BBC Sport, la desigualdad generada por el formato: “No lo apoyaría más. Es un desafío demasiado grande. En cierto modo, no es correcto que algunos equipos tengan que recorrer más de 10.000 kilómetros, mientras que otros sólo tienen que recorrer 1.000. Fue un formato que se decidió antes de que yo llegara al cargo y lo respeto. Es una idea interesante, pero es difícil de implementar y no creo que lo volvamos a hacer“.
¿Habría caído Bélgica en Múnich ante una Italia con menos vaivenes si no llevase esa carga de viajes encima? ¿Hasta dónde hubiera podido llegar una Polonia que sólo en la fase de grupos tuvo que hacer 7.150 kilómetros entre San Petersburgo y Sevilla? ¿Influyó en su eliminación? En el sorteo y en el cuadro de la Eurocopa ya se conocían los distintos caminos para llegar a la last de Wembley, pero indudablemente unos han sido un laberinto en comparación con otros. ¿Se puede considerar injusto el modelo de la Eurocopa multisede? ¿Y ecológico? 92.194 kilómetros de avión en un mes dejan una huella de carbono que sería fácilmente evitable con otro formato de competición. Qatar 2022 y Alemania 2024 no tendrán ese problema. Los ojos están puestos en el Mundial de 2026 en Canadá, Estados Unidos y México…
” Fuentes www.marca.com ”