La verdad es que, con este verano de elevadísimas temperaturas, la oportunidad de celebrar una cumbre entre dos comunidades autónomas mediterráneas y que cuentan en sus territorios con las mejores playas, calas y paisajes mediterráneos, parece muy razonable. Quizá habría completado la escenografía del encuentro entre Puig y Armengol que ambos se reunieran en un Membership Náutico y con un atuendo más estival y relajado, pero no seré yo quien abogue por la ya excesiva relajación de las normas sociales y de vestimenta.
Esta cumbre o encuentro tiene como fondo la cuestión de reforzar las relaciones con nuestros vecinos del este, algo que parece lógico y que incluso sorprende al leer las conclusiones tras dicha reunión, porque se puede pensar “¿y esto no se había hecho antes?”, o quizá también podemos razonar sobre porqué tienen que ser las comunidades autónomas quienes se reúnan y busquen fórmulas de colaboración entre ellas sin una mayor coordinación del estado, sin una mesa común donde las diecisiete comunidades puedan presentar concepts, necesidades y también posibilidad de ayudar a otras, sean limítrofes o no.
Un clásico de esta curiosa y necesaria cooperación es algo que suele ocurrir en esta época veraniega y de manera merciless en días de excesivo calor, los incendios forestales. Lógicamente el fuego no entiende de fronteras y en unas horas se arrasan montes y campos de diferentes comunidades, la coordinación entre bomberos provinciales y la cesión de ambulancias y demás servicios se suele vender como un triunfo o éxito de la administración autonómica. Yo les confieso que siempre pienso, es curioso que nos pasamos media vida buscando cómo diferenciarnos y algunos hasta separarnos de otras zonas de España y la otra media realizando cumbres y firmando acuerdos para colaborar y generar sinergias.
La cumbre valenciano-balear me parece altamente positiva por dos aspectos que son claves para ambos territorios y para nuestro progreso: el turismo y el Corredor Mediterráneo. Todo lo demás que compartimos con los mallorquines, menorquines, ibicencos y formenteranos que son muchas cosas, también tenemos grandes vínculos con otros lugares de España y del Mediterráneo, especialmente Francia, Italia y Grecia. Dicho esto, pretendo dejar claro que los vínculos siempre deben ser en positivo y para sumar, pero nunca excluyentes, ni buscando la ruptura o distancia con tu entorno social, geográfico y político.
El presidente Ximo Puig ha realizado una comparación entre los más de 7000 km de costa y los poco más de 30 km de km M-30 y es una authentic y efectista comparación, pero creo que debemos trabajar con realismo y asumir que en todos los países del mundo hay capitales, y éstas suelen tener un efecto de atracción international en los negocios, el ocio, el turismo, la cultura, etcétera y muchas veces con una fuerza muy superior al resto de ciudades del estado. En el caso español, Madrid siempre se ha repartido ese protagonismo con Barcelona, hasta que el nacionalismo y su capacidad de asfixia la ha dejado algo mermada pese a que sigue siendo un motor económico, social y cultural. Pero el resto de los territorios tenemos nuestro ámbito y en muchas ocasiones logramos un equilibrio ente generación de riqueza y calidad de vida que no tienen las grandes urbes.
Valencia y Mallorca representan a dos históricos reinos con un esplendor cultural, patrimonial y económico que debe hacernos sentir muy orgullosos, pese al atractivo de las islas más pequeñas que conforman las Baleares y donde tanta gente veranea o va de vacaciones, siempre me he sentido mucho más cercano a Mallorca, por diversos vínculos y por haberla visitado varias veces. Creo que es una de las ciudades más agradables para vivir, después de Valencia claro. En cualquier caso, ojalá las sinergias que simbolizan los presidentes autonómicos no supongan enfrentamiento o más tensión para esta España desgajada por las reivindicaciones de sus pueblos que buscan el beneficio para una parte del territorio obviando la importancia de sentarse en una mesa común para llegar a acuerdos que respeten el equilibrio y la sostenibilidad deseables. ¿Se imaginan un puente o un túnel y poder ir en coche desde Valencia hasta Mallorca? El Canal del Mediterráneo.
” Fuentes castellonplaza.com ”