No es gratuito que los máximos representantes del turismo mundial hayan elegido a Cancún (estado de Quintana Roo, México) como sede de la reunión anual del Consejo Mundial de Viajes y Turismo, que tendrá lugar entre hoy y mañana, para explorar medidas para reactivar este sector de la economía world, que resultó ser uno de los más golpeados por la pandemia de covid-19.
Valga decir que el año pasado, el aporte del sector turístico a la economía mundial se desplomó en un 49,1 por ciento, pasando de 9,2 billones de dólares a 4,7 billones de dólares, y tuvo una pérdida de 62 millones de puestos de trabajo.
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Dado que el turismo representa cerca del 80 por ciento del producto interno bruto de Quintana Roo, sus autoridades tenían claro que para evitar el colapso económico debían moverse con rapidez.
Siguiendo una estrategia cuyo centro son los protocolos de bioseguridad, no solo lograron reactivar el turismo en junio del año pasado, sino que, comparados con otras regiones del mundo, tienen un flujo envidiable de turistas y de ocupación hotelera.
En entrevista con EL TIEMPO, Darío Flota, director del Consejo de Promoción Turística de Quinta Roo, comparte la experiencia.
¿Cómo impactó la pandemia al turismo en Cancún?
En Quintana Roo, cuya ciudad más conocida es Cancún, la economía gira en torno a la actividad turística; esta representa más del 80 por ciento del PIB de la economía del estado. Por esa razón a partir de mayo del año pasado, luego de que se reabrieron actividades consideradas esenciales, como los servicios de salud y la venta de alimentos, se declaró al turismo como industria esencial y se permitió la reapertura.
¿Hubo pérdida de empleos?
Quintana Roo tiene más de 100.000 habitaciones de lodge, que representan unos 450.000 puestos de trabajo; de todos esos se perdieron alrededor de 100.000. Es uno de los estados del país más afectados por la pandemia. Por eso rápidamente, desde mayo, se trabajó fuertemente en la definición de protocolos de bioseguridad que nos permitieran volver a funcionar con bajo riesgo de contagio y preparando las acciones de promoción turística.
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El caribe mexicano, en su conjunto, obtuvo la certificación Protected Travels (grupo de protocolos de seguridad específicos para el sector turismo, diseñados por la Organización Mundial de la Salud y el Consejo Mundial de Viajes y Turismo), a la que se han acogido más de 7.000 empresas en el mundo.
¿Qué cambios trajeron esos protocolos?
El primero de junio del año pasado pudieron reabrirse los hoteles internamente para la adecuación y ajuste de sus instalaciones. Un porcentaje alto de ellos funcionan bajo el esquema todo incluido; así las cosas, por ejemplo, se hizo necesario modificar las líneas de comida, eliminar los menús impresos, separar mobiliario y fijar aforos para todos los espacios, con el fin de garantizar distancia entre las personas.
Se introdujeron modificaciones a los manuales y a la forma como se opera internamente. Por ejemplo, el servicio de habitación solo llega hasta la puerta, ya no se entra; la limpieza de los cuartos es más profunda y prolongada, pues no se descuida ni una superficie; por esa razón fue necesario contratar más private para estas labores. Gracias a eso, poco después pudieron abrirse los hoteles al público.
¿Siguieron recibiendo turistas de todo el mundo?
Pues al comienzo, cuando empezó a descender la primera ola de la pandemia, eso esperábamos, pero nos falló el cálculo. Europa apenas ahora empieza a recuperarse, y Canadá está cerrada. Por fortuna la operación aérea de Estados Unidos no se ha detenido; ese turismo, junto con el nacional, fueron los mercados que permitieron que nuestra reactivación se diera desde el 8 de junio.
¿Cómo les ha ido con los protocolos? ¿Han sido efectivos?
En Quintana Roo han funcionado, al igual que las recomendaciones hechas a la población. Para la muestra está que el estado solo tiene el 1 por ciento de todos los casos de covid-19 reportados en el país. Eso es mucho decir, si se tiene en cuenta que desde la reapertura, el 8 de junio del año pasado, hasta finales de marzo de este año, ya acumulábamos más de 5 millones de visitantes de todo el mundo; solo de Estados Unidos estamos recibiendo unos 10.000 visitantes diarios. Y salvo una excepción, con un grupo de estudiantes argentinos, no hemos tenido brotes en hoteles ni restaurantes.
Muchos países exigen pruebas de covid-19 a los ciudadanos al regreso de sus viajes. ¿Cómo prestan este servicio a los turistas?
Para empezar, aclaro que Cancún no exige pruebas de covid a sus viajeros cuando arriban, de hecho ni siquiera se los detiene para la revisión de temperatura. Esta es tomada por cámaras termográficas. Cuando se detecta una anomalía se aborda al turista y se da el respectivo manejo, pero realmente hemos tenido muy pocos casos positivos de covid, unos cinco solamente.
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Y para aquellos viajeros cuyos países exigen para reingreso pruebas PCR o de antígenos, no solo el aeropuerto les ofrece este servicio, también la mayoría de los hoteles (algunos sin costo). El turista solo tiene que agendar la toma. En complete, se están practicando entre 13 mil y 14 mil pruebas diarias. Es un reto tremendo. La inversión de las empresas hoteleras en infraestructura y provisión de insumos y pruebas, ha sido muy grande.
La Semana Santa fue una prueba de fuego. ¿Cómo les fue?
La mayoría de los hoteles funcionaron casi al tope de la capacidad permitida, que está en 60 por ciento. Se recuperaron muchos puestos de trabajo. Un verdadero alivio.
En muchos lugares del mundo el turismo sigue semiparalizado, pese a ser clave para las economías. ¿Cómo lo logró Cancún?
Fundamentalmente, la definición de protocolos de seguridad adecuados y específicos, y su aplicación rigurosa. Eso lo nota uno cuando entra a cualquier lodge; es claro, desde el foyer, que las cosas cambiaron: hay que llenar un cuestionario a la entrada, limpiar la suela de los zapatos, pasar por una nube de spray desinfectante, mantener la distancia en la recepción; hay cuidado en la toma de datos, gel y señalización en todos los espacios… en fin.
Los protocolos son estrictos. A eso se suma la gestión y comunicación permanente con las aerolíneas, para garantizar el flujo de pasajeros, y las agencias de viajes. Los turistas necesitan estar convencidos de que no corren riesgo.
En complete, se están practicando entre 13 mil y 14 mil pruebas de covid-19 diarias a los turistas. Es un reto tremendo.
¿Y qué tanto se respetan esos protocolos?
Bueno, a veces se batalla un poco porque los turistas vienen de vacaciones, se relajan y se descuidan con las medidas, pero siempre hay señalización y private recordándoles todo el tiempo el cumplimiento de los protocolos.
¿A qué ha tenido que renunciar Cancún por cuenta de esta pandemia?
La vida nocturna period una de las cosas más atractivas de Cancún. En este momento, los restaurantes deben cerrar a las as soon as de la noche; los sitios de rumba y discotecas aún no tienen permitido abrir y las bodas, que tenían en Cancún un destino importante, se convirtieron en un tema difícil. Y pues es lógico: los novios vienen con la familia, con sus mejores amigos… se casan, celebran y con dos tequilas se les olvida la distancia.
SONIA PERILLA SANTAMARÍA
Viajar
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” Fuentes www.eltiempo.com ”