Sobre sus desplazamientos mediante Housesitting, él explicó que “hay muchas páginas a las que te suscribes y te postulan para cuidar la casa de alguien sin tener que pagar por la estadía. Eso te permite estar más tiempo en cada destino y vivir según las costumbres de cada lugar”.
Tras cerca de seis meses de tour por Europa, “completamos la visa de un año Work and Holiday, que te permite residir de manera legal y aplicar a un puesto de trabajo y viajar. Amigos y conocidos nos habían hablado maravillas del destino”.
A fines de 2019 llegaron a Australia. Gastón ya tenía una oferta laboral en una famosa cadena de helados artesanales en Sidney y Bárbara decidió retomar su profesión.
Debido a que no tenía validación de su título, se instaló como asistente en una farmacia. “Fue todo un desafío por el idioma y los nombres de los remedios. Ganaba menos que Gastón”, explicó.
“Nos enamoramos de esa ciudad. No te voy a mentir: es caro mantenerse, pero la calidad de vida es insuperable. Estar cerca del mar, transporte público que funciona, sin tráfico, y la tranquilidad de, por ejemplo, volver de noche caminando o dejar la puerta de casa sin llaves”, indicaron.
Luego, ante la llegada de la pandemia, “en marzo de 2020, comenzaron a registrarse los primeros casos, y con eso las restricciones. Sin embargo, duró poco. No se vio nunca gente con tapabocas, ni dispensadores de alcohol en gel por todas partes”.
Luego, con 20 mil dólares ahorrados, renunciaron y continuaron viajando. “Compramos una minivan Suzuki APV vacía, y la reciclamos con objetos que la gente deja en la puerta de sus casas. Conseguimos todo: desde la cocina hasta la cama. Es increíble lo que la gente desecha”, relataron.
Así, indicaron que “por ahora no queremos volver a la Argentina. Claro que extrañamos a los amigos y la familia, pero estamos felices con este estilo de vida que llevamos, y la idea es seguir explorando el mundo”.
“No hay que ser millonario para vivir de viaje. Es un cambio de mentalidad donde dejas de lado lo materials, como comprarte ropa o salir a comer afuera para estar liviano conectado con cada instante y momento. Ganas experiencias y calidad de vida”.
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” Fuentes www.24horas.cl ”