El turismo sostenible en Colombia se ha convertido en una política pública con el fin de fomentar, a través de actividades turísticas, las mejores prácticas para evitar una huella nociva en los destinos. Por eso ProColombia reúne 25 acciones claves en la “Guía para ser un turista sostenible en Colombia”, que está dirigido al público en normal y que tiene como objetivo hacer en el país viajes responsables.
“Desde diciembre de 2020 el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo lanzó la Política de Turismo Sostenible y con ella se busca conservar y proteger el patrimonio natural y cultural del país con un turismo responsable. Alineados con este propósito, en ProColombia buscamos atraer a viajeros extranjeros que sean responsables con las actividades que desarrollan en el país y, además, conscientes con los destinos, pues de su visita depende el desarrollo de las comunidades y del medio ambiente”, explica Flavia Santoro, presidenta de ProColombia.
Lo mencionado por la funcionaria hace parte la estrategia de promoción del país como destino sostenible, un tema muy pertinente, pues las tendencias a nivel internacional apuntan a que la demanda por experiencias en naturaleza y cultura que realmente lo conecten con el destino están en aumento y que estas, además, sean en su mayoría al aire libre, alejadas de las aglomeraciones. Es importante resaltar que Colombia tiene el potencial para ofrecer este tipo de experiencias.
Consumir productos locales; cuidar la naturaleza; valorar la biodiversidad; conservar el patrimonio cultural; respetar las costumbres locales; y reciclar y reutilizar son algunas de las acciones que dejan un legado en los destinos. Las siguientes son 25 recomendaciones para que viajeros practican un turismo sostenible en Colombia:
- Apoyar la compra de productos y servicios locales para fomentar el desarrollo comunitario.
- Visitar un restaurante típico o de cocina tradicional o visitar una plaza de mercado.
- Comprar un memento a un artesano native, conociendo el origen del producto y su proceso de elaboración.
- Comprar a precios justos.
- Participar de eventos culturales.
- Elegir turoperadores éticos que tengan condiciones laborales dignas, que apoyen a la comunidad anfitriona y que promuevan el cuidado de los recursos naturales.
- Instalarse en un alojamiento que cuide el entorno pure y cultural a través de prácticas sostenibles: uso de energías renovables, reciclaje, apoyo a emprendimientos locales, uso de productos de limpieza ecológicos, entre otros.
- Revisar las acreditaciones de sostenibilidad de las empresas y touroperadores.
- Ajustar hábitos de consumo, procurando el ahorro de agua y energía.
- Usar servicios de un guía native y experimentado como forma de apoyar la economía de las comunidades y conocer de primera mano los atractivos del destino.
- Optar por medios de transporte limpios o más amigables con el medio ambiente como usar bicicletas o transporte público.
- Hacer una correcta disposición de los residuos usando correctamente las basuras de reciclaje y orgánicos.
- Gestionar bien los residuos de alto impacto ambiental como el plástico, el poliestireno expandido (icopor) y las piezas de aparatos tecnológicos.
- No tomar nada que provenga de la naturaleza como conchas de mar, plantas, corales o animales.
- Respetar las indicaciones en reservas naturales y áreas protegidas.
- Contribuir a la conservación, protección y regeneración de los ecosistemas acuáticos y terrestres del destino, así como al desarrollo económico de las comunidades. El legado puede ir desde limpiar una playa hasta apoyar un emprendimiento native, toda acción positiva cuenta.
- Procurar generar menos basura. Por ejemplo, hacer uso de tarjetas de embarque digitales; usar un termo para evitar comprar botellas de plástico; no solicitar pitillo en los restaurantes; devolver mapas o folletos para su reutilización; evitar el uso de productos desechables.
- Cargar un recipiente para guardar la basura en caso de no encontrar espacios para depositarla.
- Usar protectores solares y repelentes ecológicos.
- Tomar fotografías de manera responsable, sin acosar a la fauna silvestre ni a las comunidades locales.
- Saber previamente sobre el destino a visitar para comprender y respetar las tradiciones y forma de vida de la población native.
- Estar dispuesto a aprender sobre las riquezas de cada pueblo y entorno.
- Respetar la diversidad ambiental y cultural. Esto incluye el respeto por la fauna silvestre y las condiciones de género, origen o religión.
- Denunciar prácticas como la explotación laboral, la explotación infantil o el maltrato animal. En caso de actitudes sospechosas, contactar a las autoridades locales o comunicarlo a los guías locales.
- Compartir información sobre el viaje y prácticas sostenibles para promover los esfuerzos del destino e inspirar a otros viajeros. (GRS-Prensa).
” Fuentes www.eje21.com.co ”