De seguro te suena su nombre si eres asiduos a pasear por el Persa Bio Bío y a probar sus cocinerías y picadas. Eso porque Veneno Negro partió hace un par de años con una combi que funcionaba dentro de un galpón de calle Víctor Manuel, entre Placer y Bio Bío.
Native que cerró para trasladarse a uno nuevo, en una casona con terraza ubicada en Av. Santa Isabel, casi en la esquina de Julio Prado, en barrio Italia.
Se trata de un lugar pequeño, relajado, a cargo de Javier Miranda, Caro Miranda y Pablo Fuentes, quienes llevan a hasta nueva ubicación su cocina bien creativa y de temporada.
Una donde siempre encontrarás tres opciones de entradas, como los churros de pescado ahumado ($ 5.000), que son literalmente churros que vienen con una espuma de salsa a la huancaína para untar, además de tres de fondo.
Entre estos últimos está el pescado burger y plátano frito ($ 6.500), pescado fresco sopleteado, en pan de papa, pebre de piña asada, kimchi de pepino, mayo de limón jengibre, hojas verdes y plátano frito.
No tienes que viajar hasta la playa esta temporada para probar mariscos fresquísimos. En Santiago basta con ir a la esquina de calle Tegualda con Santa Isabel, en barrio Italia, donde se instaló Marina Mar de Tapas.
Así se llama esta nueva marisquería que te espera con una cómoda terraza que da hacia la calle y donde te puedes sentar a disfrutar de mariscos frescos, recién abiertos y sacados de una piscina que se encuentra en el inside del native y que recrea el agua de mar, con la salinidad y la temperatura controlada.
Desde esa piscinas salen ostras de Ancud ($ 5.990), ostiones de Tongoy ($ 6.990) y ostras japonesas del mismo balneario ($ 6.990), unas de mayor tamaño y sabor más sutil que las de Chiloé, por ejemplo, que acá te sirven crudas, con salsas de la casa, como la de cebolla perla con ají en escabeche y albahaca, o la de pimentón verde, menta y limón.
Recuerda su nombre, que este es el más reciente de los restaurantes barrio Italia imperdibles. Es el nuevo native de Sayil Guerra, el chef que trabajó con nombres reconocidos de la cocina mundial como Alex Atala, en Brasil, Rodolfo Guzmán, de Boragó y quien, además fue por años fue la mano derecha de Francisco Mandiola en el Restaurant Europeo.
Ahí, ofrece una propuesta ligada a la bistronomía, es decir, cocina de mercado, con ingredientes frequísimos, alta cocina y a precios accesibles.
Es un native sencillo dentro de una galería de calle Girardi, donde encuentras ocho opciones de platos, que no superan los $ 8.500, hechos con verduras orgánicas.
Son platos escogidos, con opciones veggies como los hongos shitake ($ 6.700), que vienen con una suave pastelera, acelga y tomates cherry.
O como el tiradito ($ 6.700), de finos cortes de pescado del día, con una salsa de ají amarillo y quínoa crocante encima.
En una casona de la calle Mujica acaba de abrir sus puertas Niko Road Meals, un native con graffitis en su fachada y donde cocina Nicolás Gárate.
Aquí, apuesta por su versión de la cocina callejera de distintas partes del mundo, en la que aplica el concepto de cocina lenta, para lograr una crocancia deliciosa.
La que puedes probar en preparaciones como frituras, sándwiches hamburguesas y chistorras, unos embutidos menos condimentados, que se sirven en pan de scorching canine de papa.
Y los viernes y sábados encuentras pato pekín, el plato estrella, que necesita al menos cinco días de preparación ($ 39.900, para cuatro personas). Se sirve entero, con guarniciones como pepinos encurtidos, zanahoria encurtida picante, semillas de mostaza dulce encurtidas, mayonesa de soya y sésamo, coleslaw ácido y la salsa picante.
En el Mercado Condell, un espacio recién inaugurado en barrio Italia, encuentras distintas alternativas para comer al paso y una de las imperdibles ahí es Kantu Meals.
Así se llama el native con cocina a la vista, una pequeña barra y algunas mesas, a cargo de José Miguel Arenas, cocinero autodidacta que en tiempos de pandemia se reinventó a partir de la cocina que aprendió en las pequeñas cocinerías de Asia, las mismas que visitaba a través de su agencia de viajes.
Ahí cautiva con una carta acotada, donde puedes probar platos típicos de la cocina vietnamita y thai.
Como los nem ($ 5.000 las seis unidades), típicos vietnamitas, que son unos rollitos fritos de papel de arroz, rellenos de cerdo, fideos de arroz y verduras, que se comen envueltos en hojas de lechuga, con menta albahaca y pepino.
O los curry booms ($ 4.000) de la cocina thai, que son una bolitas fritas de arroz, rellenas de pollo y tres tipos de curry, rojo, verde y amarillo. Ojo, que el rojo pica.
En cuanto a los platos, uno delicioso es la Pho Bo ($ 6.500), sopa vietnamita hecha con un caldo concentrado con finas láminas de vacuno, fideos de arroz y verduras.
¿Fan del ceviche? Atento entonces con Lima Connoisseur, el nuevo native que se instaló en una de las tantas galerías del barrio Italia.
Ahí cocina el chef peruano Enrique Herrera, el mismo que ha trabajado en restaurantes como Bocanáriz y Sheraton Miramar, y que aquí apuesta por la cocina huarique limeña.
¿Y cómo es esta cocina? Esencialmente callejera, con opciones de ceviche, tiraditos y sándwiches, con el foco puesto en la pesca responsable y con productos de pescadores artesanales.
Entre los ceviches hay opciones como el de conchas ($ 8.900), con almejas, machas y una leche de tigre hecha del juguito del pescado blanco, con limón sutil, ajo y apio.
Imbatibles también son los sándwiches, como el de pejerrey rebozado ($ 6.000), con el pescado frito en panko, más la salsa de cebolla roja, que viene marinada con limón de pica, cilantro, un poquito de rocoto, palta, tomate, lechuga y mayonesa casera.
Galpón Italia es el ondero bar que abrió en un antiguo taller mecánico y uno de los restaurantes barrio Italia que vale la pena conocer.
Conserva esa estética de storage, con un amplio patio inside y una carta que acaba de estrenarse, con un dejo parrillero, más una estética y juego de sabores propio, a cargo de Luis Aurelio Garay, el chef que estuvo en lugares como el el bar 17°56°.
La misma que se luce en platos como la entraña ($ 12.900), que viene con un paté de berenjenas asadas con tomillo, zanahorias child asadas y cebollita perla escabechada.
O el salmón ($ 7.500), marinado en betarraga y jengibre, con tomatada, papas chilotas, cebolla quemada, tomate cherry confitado, limón sutil y hierbas.
¿Un sánguchito? Prueba el premium roast beef ($ 8.900), que es un pan de papa negro, relleno de lomo cocinado con especias, cebolla al vino tinto, salsa de queso y merkén, más un guiso de champiñón con pimentones rojos y menta.
Acompáñalo con alguno de los cocteles de autor, como el cristo redentor ($ 6.100), con cachaza, oporto, puré de fysalis y jugo de limón.
La Argentina Pizzería es un hit en el barrio. Te hablamos del native de Juan Manuel Pena Passaro, quien prepara pizzas al más puro estilo bonaerense: con masa gruesa, crujiente y mucho, mucho queso encima.
Son al estilo de las que preparaban sus abuelos italianos, Giovanni y Laureta, cuando llegaron a Buenos Aires por primera vez en 1949.
¿Qué probar? Alguna de sus casi 20 tipos de muzza, bien cargadas de queso, como la muzza jamón ($ 8.900), o la muzza provolone ($ 10.600), una bomba que alcanza para fácil cuatro personas.
También hay pedazos de muzza al corte, que cuestan desde $ 1.200.
Y ojo, que ahora puedes acompañar tu muzza con una cerveza, la Patagonia Km 24.7 ($ 3.900), hecha en Bariloche.
Si se trata del lado dulce, prueba el flan ($ 3.000), bien casero, con un agregado de dulce de leche, y si quieres incluso crema.
Quien prefiera quedarse en la casa, puede pedir la pizza por supply a través de su net. Llega fría y con todas las instrucciones para calentar en casa.
Hams partió hace seis años como un emporio en la calle Sucre, en barrio Italia, y hoy luce con nuevo look y nueva propuesta.
Ahora está convertido en un lugar donde puedes ir a disfrutar hamburguesas y cervezas hechas ahí mismo y que, además es eco pleasant, es decir, respuestoso con el medio ambinete.
Eso, porque todas sus materias primas las compran a pequeños productores, como los huevos de gallina feliz, por ejemplo, con el que hacen su pan brioche, o la carne para sus hamburguesas, que es de libre pastoreo.
Entre sus hamburguesas de autor hay algunas con ingredientes especiales, como la de jabalí ($ 12.800), hecha de carne de jabalí silvestre, con manzanas, vinagre balsámico, queso azul y hojas frescas. O la Hey cordero ($ 9.200), de cordero con queso brie, chutney de ciruelas, mostaza antigua y rúcula.
Además, tiene deliciosas opciones veggies, como los dedos de mozzarella vegana ($ 6.500), que son unos bastones que llegan apanados con papas fritas nativas, cortadas a cuchillo, con ajo y perejil.
Wings & Rings es otra de los restaurantes barrio Italia recomendados.
Te hablamos del native con dos terrazas, una que da hacia la calle y otra en un agradable patio inside, donde puedes probar su carta con opciones de alitas de pollo, costillitas y hamburguesas de carne ahumada.
es famoso por sus salsas caseras, más de 10 tipos, que puedes probar con las alitas, costillas o incluso las hamburguesas y que van desde ligeramente picantes a muy picantes, con opciones como la de curry, comparable a la mezcla de Garam masala, con especias como semillas de cilantro, comino y canela.
O si te gustan los sabores agridulces, la de mango habanero, que tiene el toque dulce de la fruta y es ligeramente picante.
Si vas con hambre, pide las alitas boneless ($8.900 las 18), que son trozos de pechuga de pollo -por eso lo de “sin hueso”-, bañadas en la salsa que elijas, que vienen con palitos de apio y zanahoria , más una salsa de queso azul.
O algunas de las hamburguesas, la Spicy & Jalapeño Burger ($ 5.990), que es una ahumada, que viene con doble queso cheddar, pepinillos, jalapeños en escabeche, ketchup artesanal y una salsa ligeramente picante. Eso, más papas fritas.
Además ojo, que acaba de inaugurar una carta de cervezas y cócteles que de a poco irá aumentando.
¿La mejor parte? Para celebrar los miércoles instauró el “All you can wings”, es decir, puedes comer todas las alitas a elección y tomar toda la cerveza que quieras por $18.990 y sin límite de tiempo.
Si hablamos de las mejores pastas caseras de Santiago, In Pasta lidera la lista.
Es una pequeña trattoria que abrió en 2015 a cargo de los hermanos Venere y Massimo Bulliari, donde de martes a viernes, entre las 12.30 PM a 3.30 PM hay menú que cambia a diario.
Tiene opciones como “tagliatelle”, con salsa bolognesa y pesto por ejemplo, o “caneloni” con espinaca y ricota.
Y no puedes irte sin probar los helados de In Fiore, la heladería de la misma dueña de la trattoría y que se acaba de instalar justo al lado, donde encuentras unos totalmente artesanales, y con sabores de temporada, como tuna, por ejemplo, o manzana verde con betarraga y jengibre.
Barrio Italia se está transformando en una parada obligada para los veganos, ruta a la que se acaba de sumar Violeta Restaurante.
Se trata de un native amplio, luminoso, que no se ve desde la calle y una carta que sale de la norma, a cargo de César Narvaez, chef colombiano que pasó por cocinas como El Chato, en Bogotá, séptimo en la lista de los 50 Finest Eating places de Latinoamérica.
Auí se luce con opciones de ensaladas y hamburguesas, además de una apuesta propia de platos que sobresalen por textura y sabor.
Como la “Berenjena Abedul” ($ 7.800), una berenjena asada, tierna y suave con un toque de curry, más un pebre de mango, arroz negro y almendras. ¡Soñada!
También con la “Quinua radal” ($ 8.000), quinua con un toque de limón, cebolla, cilantro y menta, más quinua crocante, palta, endivias selladas con combine de especias y tomates asados.
Da Noi
El Da Noi es uno de los primeros restaurantes barrio Italia. De hecho, esta trattoria tiene más de 25 años en la esquina de Av. Italia con Sucre.
Ahí encuentras pastas frescas, para llevar o comer en el lugar, en platos generosos, a la usanza de las nonnas.
¿Qué probar? Los “ñoquis de ricota ” ($ 7.600), con salsa boloñesa, de tomate y carne, o la rosa, de tomate y crema.
Otro imbatible es la “lasaña Da Noi” ($ 8.250), una maravilla, rellena con carne, verdura, pollo, jamón y mozzarella.
Silvestre Bistró abrió en 2014 casi en la esquina de Caupolicán con Tegualda y es una de las terrazas escondidas imperdibles del barrio.
Tiene un patio inside bien colorido, con huerta y una pizarra donde se anuncian los platos del día.
Ahí puedes tentarte con opciones como la milanesa de pollo ($ 5.900), que viene con una ensalada bien fresca, o la lasaña boloñesa ($ 6.900).
También con la albacora a la plancha ($ 8.900), que viene con arroz y pebre de cochayuyo.
Buenos también son su sándwiches en focaccia, hecha ahí mismo, como el de jamón serrano ($ 5.900), con pepinillos, tomate y hojas verdes.
Ojo, que no hay reserva, es solo por orden de llegada y con una capacidad para 25 personas. .
Eccolo Qua
Eccole Qua es un restaurante con más de 20 años en tradición en barra Italia y donde en una terraza que da hacia la calle, puedes probar sus versiones de pasta casera, rica y abundante.
Entre ellos cuatro versiones de ñoquis, como los gnocchi de la mamma ($ 8.900), que es un plato bien abundante con todo el sabor de la salsa pomodoro casera o el gnocchi d’all nonno ($ 8.900), con pesto, pistachos y prosciutto italiano.
Y si te gustan los sabores más suaves, prueba los gnocchi ricotta ($8.900) de ricota artesanal y espinaca.
Aquí, además, puedes pedir por supply a través de su página web.
Tío Tomate
Tío Tomate es una pizzería de masa a la piedra, con una de las mejores terrazas del barrio, amplia y fresca, ubicada dentro de una casona de adobe restaurada.
¿La especialidad? Las pizzas de masa a la piedra, como la del monte ($ 8.800), con queso de cabra, tomate y pesto, o la boloñesa ($ 8.900), con carne mechada, cebolla acaramelada y aceite de cilantro.
Otra opción es la peral ($ 7.200), con peras asadas, queso azul y rúcula.
Lo mejor para acompañar las pizzas es su coctelería, una carta amplia con opciones en jarra, como la de sangría ($ 8.800) o de borgoña ($ 8.800).
Si quieres ir, te conviene reservar antes a través de su página web.
Chueca Bar es el único bar feminista y LGBT+ de Santiago y uno de las barras que por estos días está abierto en barrio Italia.
Ya funciona su terraza, donde disfrutar de preparaciones como las “chuecas veganas” ($ 5.500), que son papas fritas caseras cubiertas de guacamole.
También la “especialidad” ($ 5.500), un tentador choclo glaseado en aceite de coco y cubierta crocante de panko, lactonesa, ciboulette y pimienta de cayena.
Otra alternativa de Chueca son los sanguchitos, como “La Champi” ($ 7.500), con un combine de champiñones salteados con cebollín, lactonesa de ajo y repollo encurtido en marraqueta, con papas fritas caseras.
Para refrescarte puedes hacerlo con el mojito ($ 3.500), con ron, menta, limón y goma, el daiquiri ($ 5.100), que llevaron fruta, limón y goma.
También tienen supply, que se encarga a través de su Instagram @chueca_bar
All Rice es un pequeño native de calle Girardi, donde toda su propuesta es en base a arroz.
No te imagines risottos o sushis tradicionales. Se trata de uno tempurizado o frito, que queda preparada como si fuera la hamburguesa de un pan, por ejemplo.
Este tipo de arroz es, actualmente, la base del “sushipleto” ($ desde 3.990), una mezcla de sushi y el completo nacional, que es comparable a un roll, pero sin cortar. Preferrred para comer con las manos.
Estos los puedes pedir en formato supply o en el mismo native, mejor si haces esto último, porque recién hechos son otra cosa.
Es una de las heladerías que no te puedes perder en barrio Italia, porque es francamente exquisita. ¿Su nombre? Firenze.
Esta gelatería es completamente libre de gluten y tiene unos sabores que son de ensueño, como un helado de ají verde, que tiene el toque picante justo, o uno de “pistacho de Bronte”, ese considerado como uno de los mejores pistachos del mundo y que se produce en la localidad italiana de Bronte.
También tienen uno de chocolate belga y uno de lúcuma y merengue que querrás repetirte.
¿Los precios? $ 2.000 el easy, $ 3.000 el doble, $ 5.000 el medio litro y $ 8.500 el litro.
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