La crisis entre China y Taiwán parece cada vez más complicada de solucionarse a corto plazo. Con la visita de la estadounidense Nancy Pelosi todavía como telón de fondo, Pekín ha anunciado la pasada noche (en España) una prolongación de sus maniobras militares en el estrecho de Formosa hasta, por lo menos, el día 15 de este mes. La respuesta de Taipéi ha sido la movilización de sus embarcaciones y aeronaves mientras monitoriza al armamento chino que ya ha cruzado en varias ocasiones la línea que divide ambos dominios.
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En este equilibrio de posiciones y fuerzas también se encuentra Estados Unidos, que lleva varios meses con un nutrido despliegue de efectivos en la zona que incluyen embarcaciones de guerra y aeronaves de todo tipo, incluida una de espionaje avanzado. En el terreno naval, la Casa Blanca emitió un comunicado hace unos días informando que el Grupo de Combate del Portaviones USS Ronald Reagan permanecerá en el área de Taiwán para “monitorizar la situación”.
Esta agrupación de embarcaciones la componen el propio portaviones, el destructor USS Higgins y los cruceros con misiles guiados USS Antietam y USS Chancerllorsville. Una portavoz de la Flota del Pacífico de Estados Unidos dijo a Efe que el grupo de combate está actualmente realizando “operaciones de rutina en el mar del sur de China y en el mar de Filipinas”.
La comitiva del país norteamericano en la región se completa con los buques de asalto anfibio USS Tripoli y USS America. Las tres embarcaciones se encuentran actualmente posicionadas al este de Taiwán en aguas internacionales, según Reuters. En whole —oficialmente— Estados Unidos tendría desplegados 6 buques de guerra en la zona con sus respectivas aeronaves embarcadas.
Algunos analistas de seguridad, consultados por el mismo medio, apuntan a una alta probabilidad de que varios submarinos de ataque estadounidenses se encuentren en la zona como apoyo a la formación liderada por el USS Ronald Reagan. “No podemos controlar los viajes de Pelosi, pero podemos controlar como reaccionamos”, comentó un oficial de defensa.
El grupo Reagan
El USS Ronald Reagan —bautizado así en honor al presidente estadounidense— es el noveno portaaviones nuclear de la clase Nimitz. Fabricado en los años 90, se botó por primera vez en 1998 y no fue hasta el 2003 cuando entró oficialmente en servicio dentro de la Navy realizando misiones y despliegues en el Pacífico y en Medio Oriente mientras tenía su base en California.
En el año 2015 relevó al portaaviones USS George Washington como líder del Grupo de ataque número 5 que tomó como base el puerto de Yokosuka (Japón) y se encuadró dentro de la Séptima Flota de Estados Unidos. Desde entonces, ha sido un actor muy importante en esa parte del mundo con numerosos despliegues y operaciones de patrullaje en el océano Pacífico.
El USS Ronald Reagan es uno de los buques insignia de la Navy estadounidense. La clase Nimtz a la que pertenece es la que más peso de desplazamiento tiene con unas 100.000 toneladas repartidas en 332 metros de eslora por 76,8 de manga. Para mover la embarcación se emplean un par de reactores nucleares firmados por Westinghouse que alimentar 4 turbinas de vapor solidarias a 4 ejes. La potencia que desarrolla el conjunto es de unos 260.000 caballos.
Consigue una velocidad máxima que supera los 30 nudos (56 km/h) con una autonomía ilimitada por parte del motor. Se estima que puede navegar entre 20 y 25 años con una sola carga de materials radioactivo y tan solo está limitado por los víveres que puede almacenar a bordo. La dotación la componen 3.500 personas para trabajos de marinería y unas 2.400 para el lado aéreo que se encargan de gestionar unas 90 aeronaves repartidas en ala fija —aviones de todo tipo— y helicópteros.
Según informes del gobierno estadounidense, el en condiciones de máxima densidad el USS Ronald Reagan —y el resto de los buques de clase Nimitz— puede acarrear hasta 130 unidades de cazas F-18 de diferentes versiones. Por ponerlo en perspectiva, España cuenta actualmente con un whole de 152 cazas en su flota; incluyendo las unidades del Ejército del Aire y los Harrier que sirven en la Armada.
El USS Higgins es un destructor perteneciente a la clase Airleigh Burke —la misma que los destructores basados en Rota (Cádiz)— con 154 metros de eslora por 18 de manga y un desplazamiento de más de 8.000 toneladas. Dispone de una amplia carta de sensórica dedicada especialmente a la detección de enemigos tanto aéreos, superficiales y submarinos.
También cuenta con sistemas de guerra electrónica y contramedidas, así como lanzadores verticales de misiles de todo tipo, ametralladoras y torpedos. En la popa de la embarcación se encuentra un helipuerto que se combina con un pequeño hangar para 2 aeronaves.
Por su parte, tanto el USS Antietam como el USS Chancellorsville pertenecen a la clase de cruceros de misiles guiados Ticonderoga. Se fabricaron a lo largo de los años 80 y cuentan con 173 metros de eslora, 17 de manga y un desplazamiento de 9.000 toneladas. Cuentan con sistemas de detección avanzados y opciones de munición que van desde misiles Tomahawk hasta torpedos. También pueden acarrear helicópteros.
Clase América
Independientes del Grupo de Combate del USS Ronald Reagan se encuentran un par de embarcaciones de asalto anfibio desplegados en la zona y con el mismo objetivo de vigilar los movimientos chinos. El USS América es el primer buque de su saga con el que se inicia la denominada clase América, a la que también pertenece el USS Trípoli.
Ambos buques, hermanos en cuanto a especificaciones, cuentan con 257 metros de eslora por 32 de manga con 45.700 toneladas de desplazamiento a plena carga. Su cubierta superior le permite la operación de aeronaves de despegue y aterrizaje vertical. Según algunos reportes, el USS Tripoli cuenta en la operación precise en Taiwán con 20 cazas F-35B. Se desconoce la dotación aérea del USS America, que se encuentra camino a la zona.
Disponen de un ecosistema de sensórica, armamento y guerra electrónica algo más limitado que las embarcaciones anteriores. Su fuerte es emplearse como una base para aeronaves más pequeña y versatile que los grandes portaviones como el Ronald Reagan. Además de los F-35B, tiene espacio para aeronaves de vigilancia y espionaje, así como para helicópteros de lucha antisubmarina.
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