De Garrovillas de Alconétar a la Plaza de Toros durante la feria de Cáceres. El primer viaje de la empresa autocares Gil fue de pura algarabía. Un puñado de personas del pueblo tomaron un vehículo mixto, de mercancías y de personas, con el que afrontaron los poco más de 30 kilómetros que separan la capital cacereña con esta localidad que ahora tiene en torno a 2.000 habitantes pero que hace un siglo triplicaba esa cifra. De fiesta. A eso vinieron a la ciudad los que esa jornada tomaron alegremente ese vehículo para ver el entretenimiento estrella de una época en la que no había televisión. Cien años han pasado desde ese viaje inaugural, el 28 de mayo de 1923. Cinco pesetas por trayecto.
«La empresa la fundó mi abuelo, Juan Gil Hernández, que procedía de Salamanca, de Fresnedosa de Tormes, y se instaló en Garrovillas porque conoció a mi abuela». Habla Ángel Gil, la tercera generación de la empresa autocares Gil, ya jubilado. Está junto a sus hijos Ángel y Gonzalo, que son los llevan las riendas de una empresa que se enorgullece de seguir con el espíritu familiar con el que se forjó. «Empezó con carros, con tira de mulas, en 1910, y luego se compró el coche mixto». A partir de ahí se inició una ruta, que a día de hoy se conserva, entre Garrovillas y Cáceres, cuando se le concedió un servicio regular oficial. Durante un tiempo se cubría también Navas del Madroño y la estación del río Tajo, donde cogían y dejaban trabajadores. «Venía gente a Cáceres a vender espárragos, almendras, quesos…», rememora Ángel Gil, que guarda en su memoria los nombres de los vehículos más antiguos de esta empresa. «Después de la mixta hubo un Chevrolet con 32 plazas, una Velfort, hasta que logramos comprar un Carpetán, que fue el primero nuevo que compramos».
Sucesión
La estructura de la empresa cambia al fallecer el fundador, y pasa a manos de sus tres hijos. Al fallecer una de ellas son dos, María y Felipe Gil, los que llevan las riendas de esta pequeña compañía que funciona en comunidad de bienes y se llama Herederos de Juan Gil Hernández S.L.
«Desde 1980 la comunidad de bienes se apoya en mi primo Daniel González Gil y en mí, hemos estado más de 40 años juntos y no hemos discutido ni un segundo». Es la época en la que la empresa despega, con Ángel como responsable de la parte fiscal y de gestión y Daniel a pie de autobús, organizando los servicios. En esta época se inician los viajes con emigrantes, para llevarles a grandes ciudades en donde se establecían. «Empezamos a llevar gente al Prat de Llobregat e iniciamos el servicio discrecional, empezamos a trabajar para Halcón Viajes». Una vez jubilado Daniel, éste le vendió su parte a Ángel, cuyos hijos Gonzalo y Ángel lo gestionan actualmente.
Presidentes del gobierno como Mariano Rajoy, personas del mundo artístico (Massiel, Coque Malla, Ana Belén) en festivales como el Pop Eye o el de cine español se han sentado en los asientos de estos autocares. Colaboran con HBO en los rodajes de ‘Juego de tronos’ y ‘La casa del dragón’ y cuentan con rutas escolares fijas, además de cubrir excursiones de todo tipo de asociaciones y eventos.
Recuerdos
Les enorgullece, y guardan con cariño una impresionante foto rodeados de gente en la Plaza Mayor, haber sido durante ocho años el medio de transporte del equipo de baloncesto local. Fueron testigos directos en 1992 del ascenso del equipo a la ACB. «Hay mucha fidelidad, tanto con clientes de toda la vida como a proveedores con los que llevamos trabajando 40 años», apunta Ángel.
En esta larga trayectoria se han topado con momentos tan críticos como la pandemia. «Hemos tenido muchas pérdidas», destaca Ángel padre. Gonzalo cree que a pesar de todo han podido mantener los puestos de trabajo, un personal al que, dicen ellos, intentan tratar con mimo, «como familia». La plantilla la componen nueve personas y son ocho autobuses. «Es difícil encontrar conductores, nosotros pagamos bien a los conductores y consideramos que cobran poco, la regularidad es muy complicada y podemos garantizar dos días libres, pero a lo mejor son entre semana».
La competencia, dice Gonzalo, es feroz, pero «nosotros tenemos nuestro mercado, el local, eventos, bodas».
La inflación también está haciendo mella. «Pero es un momento de posicionarse, de decir nosotros estamos aquí, la fidelidad se nota».
” Fuentes www.hoy.es ”